La Rioja

‘Grooming’, abuso y ciberacoso: “La mediación parental es la gran vacuna”

“Esto se ha convertido ya en una preocupación de Estado”. Y es que que cada vez que se dan a conocer los resultados de los estudios de investigación relacionados con los peligros que entraña Internet para los jóvenes, se intensifica la idea de la necesidad por parte de la sociedad civil y las instituciones de adoptar medidas que les protejan de los riesgos de navegar por la red sin filtro ni control.

Sirva de ejemplo los últimos datos arrojado por la investigación liderada por expertos del grupo de Ciberpsicología de UNIR: un 16,5 por ciento de los niños y adolescentes que se conectan a redes sociales, chats, o juegos en línea son víctimas de abuso, ciberacoso y grooming. Este último se refiere a la práctica en la que una persona, a menudo un adulto, establece una relación de confianza y amistad con un niño o adolescente en línea.

Cifras que, tal y como alerta Joaquín González Cabrera, investigador principal del grupo de Ciberpsicología de UNIR y coordinador del estudio, “van en aumento” ya que “todos estos riesgos han ido creándose sobre todo en las últimas dos décadas. A la capa tradicional de los problemas de siempre, se le ha unido la capa online, que va creciendo conforme se va utilizando inadecuadamente la tecnología o hay personas que la usan con fines pérfidos”.

Y es que, claro que la sociedad digital es fuente de desarrollo y oportunidades para las personas en ámbitos sociales, educativos y económicos, sin embargo, a pesar de todas las ventajas que supone, también entraña riesgos. Los adolescentes de hoy en día participan de una realidad muy diferente a la que tuvieron otras generaciones. Aquellos nacidos cercanos al año 2000 han recibido el nombre de Generación Z y uno de los elementos que los ha diferenciado claramente de otras generaciones es el uso masivo de Internet en sus smartphones.

De esta forma, el creciente uso de teléfonos inteligentes puede abrir las puertas a la aparición de nuevas problemáticas relacionadas con el uso relacional y disfuncional de Internet. El primero, tal y como puntualiza González, son aquellos en los que existe la interacción con terceras personas a través d la red. Entre ellos encontramos el ciberacoso, el abuso online en la pareja, el sexting y el online grooming.

Por otra parte, los riesgos disfuncionales están asociados al inadecuado uso de la tecnología y cómo esto puede conllevar un mal ajuste psicológico u otros problemas asociados. Aquí destaca la nomofobia (miedo irracional a no tener el móvil o a estar conectado), el trastorno de juego por Internet y el juego patológico online.

Superposición de riesgos

Centrando el estudio llevado a cabo entre estudiantes de 10 a 15 años de 28 centros españoles de nueve Comunidades Autónomas en el grooming, abuso y ciberacoso, el 33,9 por ciento ha sufrido algún tipo de victimización. Y concretando, los adolescentes víctima de los tres riesgos a la vez suponen el 16,5 por ciento del total, más de un 12 por ciento de los menores ha recibido solicitudes de este tipo a través de internet (petición o recepción de fotos o vídeos, así como preguntas de índole sexual); y más de un 6 por ciento ha llegado incluso a interactuar sexualmente con adultos (bien a través del envío de materiales o en persona).

Riesgos que ponen de relieve la necesidad de abordar las distintas problemáticas de una manera integral, “ya que en tanto que los peligros asociados a internet no se producen de forma aislada, sino que se solapan con frecuencia en un mismo individuo”. Individuos que, por cierto, reducen considerablemente su calidad de vida. “Cuando ellos son conscientes de que tienen una etiqueta detrás de la espalda les afecta más”.

Por ello Joaquín González destaca que es fundamental realizar una mirada conjunta de estos tres riesgos y mediar tecnológicamente. “La mediación parental es la gran vacuna contra muchos problemas, porque maximiza beneficios y reduce riesgos”. Este experto resalta que la labor de protección de la familia es primordial. “Cuando se ponen límites razonables, por ejemplo con 12 años no poder utilizar IG o cerrar el perfil solo para amigos y personas conocidas, estamos vetando a un montón de pedófilos o personas que puedan utilizar las imágenes de los menores”.

Está claro que el móvil es un arma muy poderosa que pocos niños saben utilizar bien, “pero no tenemos que tener miedo a ejercer esa parentalidad y decirles: ‘Demuéstrame que puedes utilizar el móvil una hora, y cuando lo hagas lo alargaremos más”. El problema es que “no lo estamos haciendo bien como sociedad”.

González explica que es una cuestión que tiene que tener su epicentro en la familia, “sin embargo la familia necesita ser formada, y ahí es cuando se recurre al ámbito educativo. No solo es necesario abordar el problema desde la prevención, que por ciento debería empezarse en Primaria y no esperar a Bachiller, sino que también es necesario que se oriente a las AMPA y asociaciones de padres en la mediación parental”.

El psicólogo confirma que las familias siguen teniendo en los centros escolares sus puntos de referencia, que se convierten en la última línea de defensa. “Cuando la familia no ha podido hacerlo o no ha sabido sabido hacerlo bien recurren a los coles. El problema es que, aunque quieran, los padres no saben cómo afrontar estos problemas”.

Por esta razón, “las acciones educativas que generemos deben intentar prevenir estos riesgos de forma conjunta. Tanto la investigación de estos riesgos en internet, como su prevención, ha de ser global y para ello llevamos varios años trabajando en un Programa de Prevención multirriesgo”.

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