Rebeca Palacios.- Portar este Martes Santo el paso de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario, el único de Logroño que solo llevan mujeres, supone para la cofrade Esther Lázaro “la experiencia más íntima como católica”, al vivir “un momento de interioridad en el que se percibe el sacrificio y el dolor de una madre”.
Lázaro ha relatado a EFE sus emociones como portadora unas horas antes de participar en la procesión con este paso, que pertenece a la Cofradía de la Santa Cruz de los Hermanos Maristas de Logroño, junto al Sabat Mater, que recorren varias calles del Casco Antiguo logroñés.
Cofrade junto a su marido y dos hijos desde 2002, comenzó a portar a la virgen en 2008, cuando se adquirió esta imagen para incorporarla a la procesión de Martes Santo.
Desde entonces, Lázaro ha participado como portadora de este paso, que llevan entre veinte mujeres, pero también algún año ha portado el Sabat Mater junto a otros cofrades hombres.
Un momento de interioridad
“Cuando te pones el capuz -la capucha que cubre la cabeza- vives un momento de interioridad y de oración. En cada paso que recorres acompañas a la Virgen en su sentimiento de sacrificio y dolor por su hijo, que está siendo humillado y matado”, ha relatado emocionada. Así, ha reconocido que, como madre, se pone en la piel de la Virgen y experimenta “una sensación inexplicable”, porque sentir que a un hijo lo matan “debe de ser horrible”.
Participar en esta procesión le permite vivir muchas emociones, como la unión, porque en ningún momento se siente sola, al estar acompañada por las otras portadoras, pero también experimenta el sentimiento religioso de forma individual.
La Cofradía de la Santa Cruz de los Hermanos Maristas procesiona el paso de Nuestra Señora del Rosario. FOTO: EFE/Raquel Manzanares
Si es necesario, las portadoras son relevadas a lo largo del recorrido, que comienza en la iglesia de San Bartolomé y se desarrolla por Herrería, Travesía de Palacio, Marqués de San Nicolás, Sagasta, Portales, Plaza del Mercado y Caballerías, para regresar al punto de partida.
“En esos momentos lo de menos es el dolor físico por el peso de los casi 500 kilos del paso. La sensación tan gratificante e íntima que experimentas supera todo lo demás”, ha asegurado.
Promesa o agradecimiento
Algunas de las portadoras participan para cumplir una promesa o como agradecimiento a un problema de salud, “cada una tiene sus motivaciones”, pero la realidad es que es una experiencia que engancha y la mayoría repite cada Martes Santo.
La talla policromada de la Virgen del Rosario se encargó en 2007 al maestro sevillano Manuel Madroñal, quien realizó una imagen de vestir que cuenta con varios trajes, aunque en esta jornada porta un manto negro bordado. Sin embargo, para Lázaro cuando más bonita luce la Virgen es vestida de hebrea, con una túnica sin oros ni adornos, con una corona de espinas entre las manos.
La Cofradía de la Santa Cruz de los Hermanos Maristas procesiona el paso de Nuestra Señora del Rosario. FOTO: EFE/Raquel Manzanares
Ha lamentado que esta imagen se tenga que guardar en el colegio de Maristas durante el año, con la excepción de la procesión que se celebra en octubre por la festividad del Rosario, ya que su cofradía pertenece a la parroquia de La Vid, pero su iglesia no tiene espacio suficiente para exhibirla.
Homenaje al hermano Boni
El hermano mayor de la Cofradía de la Santa Cruz, Enrique Guerrero, ha explicado a EFE que esta entidad se formó en 1991 y actualmente cuenta con unos 270 miembros, muchos de ellos familias de exalumnos de Maristas, como el caso de Lázaro.
Guerrero ha resaltado que en el último han sumado 25 cofrades nuevos y, entre todos, participan en la procesión de este Martes Santo y también en la del Santo Entierro de Viernes Santo.
También ha asegurado que supone “todo un orgullo” para la cofradía que el paso de la Virgen del Rosario sea el único portado por mujeres en Logroño, mientras que el Sabat Mater los suelen portar unas 40 personas, entre las que figuran algunas cofrades.
En esta Semana Santa se tendrá un recuerdo especial, con un toque de campanas, a los fallecidos en el último año y también se hará un homenaje al hermano marista Boni, de 94 años, a quien harán cofrade honorífico por su ayuda durante todos los años de la cofradía.
