Agricultura

Etérea Kripan, una relación recíproca con la tierra a 900 metros de altitud

Melanie Hickman, vitivinicultora de Etérea Kripan, impulsa un proyecto de biodiversidad a 900 metros de altitud

Melanie Hickman posa en su finca con la Sierra de Cantabria al fondo. | Fotos: Leire Díez

Melanie Hickman mira a la naturaleza como pocas personas lo hacen. La riqueza la ve en el suelo y en todo lo que crece de él y su papel es mantener y regenerar lo que le rodea. Ella es una viticultora biodinámica que hace casi diez años dio rienda suelta a su pasión por preservar la biodiversidad del pueblo donde vive, Elvillar de Álava, y todo el entorno natural de este enclave a los pies de la Sierra Cantabria. Así creó Etérea Kripan, su proyecto vitivinícola personal que vio la luz con la añada 2016 de Phinca Hapa.

Pero su visión va más allá de la viña. Ella entiende la naturaleza como un conjunto de eslabones donde entran en juego más factores, como son la economía circular y la gestión responsable de la tierra. Hace cinco años Hickman llegó a un terreno ubicado a 900 metros de altitud en el término municipal de Kripan, en Rioja Alavesa. Una finca en pendiente, de 3,4 hectáreas rodeadas de bosque y de difícil acceso que hasta entonces había sido arada y sembrada de cereal. Una finca en la que no tardó en dibujar mentalmente un viñedo experimental.

Sin embargo, la ubicación de este paraje le llevó a profundizar más en el potencial del terreno y comenzaron a aflorar los principios de la filosofía con la que camina a diario: respetar el ecosistema y evitar errores del pasado. Así que el viñedo no iba a ser el único cultivo que ocupara este suelo de altura. De hecho, los injertos de vid serán lo último que se coloque.

Junto a su marido David Sampedro, de Bodegas Bilhar, y Alfred, que es quien acompaña a la pareja en cada nuevo desafío sostenible y se encarga de dirigir a las yeguas de carga con los que trabajan la viña, Hickman ha emprendido el que prevé ser su proyecto de mayor envergadura hasta el momento. Una minuciosa observación del paisaje le permitió ver que allí había cabida para más plantas, así que este equipo se puso manos a la obra para restaurar los relieves naturales del terreno con el fin de mejorar la infiltración y prevenir la erosión.

Melanie Hickman y David Sampedro.

Seguido, vino la distribución de los cultivos. En la parte más somera ya afloran hasta 5.000 plantas de lavanda como hierbas aromáticas plantadas el año pasado. Después, la esparceta recién sembrada que servirá de alimento para los equinos. Más abajo se han colocado unas 200 encinas truferas, y después viene lo que será la parcela de viñedo. Ahora está sembrada de cebada y avena que servirá a su vez como forraje para los animales, pero en unos meses todo cambiará.

“Sé que alejarse del monocultivo es difícil, pero creo de verdad que la agricultura regenerativa, la agroforestal y la biodinámica son la forma en que podemos sanar la tierra. La dominación fue una idea que se nos vendió con ganancias a coro plazo sin comprender los trágicos efectos a largo plazo. Así que mi sueño es que la humanidad vuelva a conectar con la naturaleza y cree una relación recíproca con la tierra, en lugar de intentar dominarla. Una visión del futuro en el que la biodiversidad prospere junto a nuestros hijos”, ha remarcado la viticultora con especial emoción en sus palabras durante la presentación del proyecto celebrada este martes en dicha finca.

Invitados a la presentación del proyecto de Melanie Hickman.

Las vistas desde esta altura a todo un valle cubierto de sembrados han cautivado a los invitados allí presentes, entre los que se encontraban aficionados y profesionales vinculados a la agricultura regenerativa, así como también la diputada Foral de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural, Amaia Barredo. Hickman ha organizado una visita especial para dar a conocer su modo de vida y mostrar sus avances en campo.

Su objetivo: inspirar a otras personas en esta forma de trabajar la tierra para que se encaminen hacia prácticas más sostenibles, tanto agricultores como bodegas que cada vez más buscan parcelas en altura. “Pero aquí el reto no se centra solo en la altitud y las variedades de uva como métodos para combatir el cambio climático. Aquí hay que marcar una diferencia de verdad y cambiar la forma de cultivar. Y para eso no se necesitan grandes cantidades de dinero, sino que hay que ser creativo, tener ideas innovadoras que impliquen colaboración y cambiar de enfoque centrando la atención en la biodiversidad”, conciencia.

David Sampedro planta un árbol junto a una escolar de la Ikastola de Lanciego.

Y para colaboración la que ha tenido durante esta jornada. Hasta 47 alumnos de la Ikastola de Lanciego, de entre 4 y 10 años, se han acercado a la finca para participar en la plantación de setos, manzanos silvestres, ciruelos, avellanos y madroños que servirán como linde de la finca aledaña propiedad de un vecino de la zona, así como para separar los diferentes cultivos que han colocado por secciones. Árboles que han sido donados por Life Terra, una fundación para la acción climática.

“Este evento no solo simboliza un compromiso con la acción climática concienzuda, sino que también recalca el papel crucial que tiene la educación en la construcción de un futuro sostenible. Además, estos nuevos cultivos también actúan como polinizadores naturales importantes para nuestras abejas”, apunta Hickman. Un aspecto, el de la apicultura, que esperan desarrollar de forma orgánica colocando trampas para enjambres alrededor de la finca para que se alojen estos insectos.

Escolares de la Ikastola de Lanciego participan en la plantación de setos.

El broche de la jornada lo han puesto un almuerzo que, como no podía ser de otra manera, ha sacada a la luz una gama de productos gastronómicos ‘made in’ la zona: queso fresco de cabra elaborado por el pastor de Elvillar, embutidos de caza del Restaurante Arrea, tortillas de patata con huevos de las gallinas y las ocas de la Hickman y Sampedro hechas por el Bar Tinin y, por supuesto, los vinos de esta viticultora para completar el maridaje. Hay que predicar con el ejemplo y no hay mejor manjar que el que sale de tu tierra.

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