Sucesos

La búsqueda de Javier Márquez afronta “días cruciales para encontrarlo con vida”

Nueva jornada, y ya van doce, en la búsqueda de Javier Márquez, a quien se le perdió la pista en la madrugada del pasado 2 de marzo y desde entonces no ha trascendido ningún rastro sobre su paradero. En cambio, los investigadores señalan esta semana como “días cruciales” para encontrar al joven y, por ello, la Unidad de Guías Caninos de la Policía Nacional intensifica sus labores, a caballo entre el Ebro y el Casco Antiguo de Logroño.

Los tres perros llegados a la capital riojana desde Madrid están especializados en la búsqueda de restos humanos y trabajan en turnos de veinte minutos para maximizar la atención y la percepción sensorial de los canes. Lejos del cauce del Ebro, los animales se adentran en inmuebles abandonados -algunos de ellos precintados por estar frecuentados por okupas- y en obras de construcción para peinar cada rincón en busca de un rastro que conduzca al joven.

El punto de partida del dispositivo policial sigue siendo el mismo: la confluencia de la calle La Cadena con la calle Norte y el Puente de Piedra, donde las cámaras de videovigilancia localizan su posición por última vez. Desde ahí el rastro de acción se hace cada vez más extenso: la Guardia Civil sigue peinando el Ebro aguas abajo y las labores de búsqueda se han ampliado a Tudela y Zaragoza (donde Javier cursa sus estudios).

La ausencia de pistas (no ha aparecido ninguna de las prendas que el joven llevaba en el momento de su desaparición) alimenta en el entorno del joven la esperanza de que Javier pueda seguir vivo y que, en realidad, no cayera al río ni sufriera ningún tipo de percance, sino que decidiese marcharse voluntariamente. Aunque al mismo tiempo, ven prácticamente “imposible” que adoptara esa decisión en la madrugada del pasado 2 de marzo. Es este, por tanto, un caso plagado de incógnitas y ninguna -por el momento- certeza a la que aferrarse.

La Policía, por su parte, elude cifrar un porcentaje de esperanzas de encontrar con vida al joven y reitera que las labores continuarán hasta dar con su paradero. Y para ello, los propios investigadores (de la Brigada de Policía Judicial) acompañan sobre el terreno a los Guías Caninos en el rastreo incesante del Casco Antiguo y la ribera del Ebro.

Dos son los factores que llevan a los instructores del caso a calificar de “cruciales” estos días. Por un lado, el caudal del Ebro se ha reducido en torno a dos metros desde la crecida que experimentó hace dos semanas y eso facilita la inspección ocular de sus aguas y orillas. Por otro lado, la subida de las temperaturas pueden facilitar a las unidades caninas su percepción sensorial, ya que el frío dificulta la dispersión de partículas.

Eso hace que, tal y como señala la portavoz de la Policía en La Rioja, Olga Fernández, “todos mantenemos la esperanza de encontrar a Javier”. Salvo las dedicadas al personal administrativo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han desplegado a todas sus unidades (aéreas, terrestres, acuáticas y de montaña) en un dispositivo casi sin precedentes para localizar al joven en uno de los casos más enigmáticos de cuantos han ocurrido en La Rioja en los últimos años.

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