La Rioja

“Una tragedia como la de Valencia nos llevará a revisar y mejorar la normativa vigente”

“Una tragedia como la de Valencia nos llevará a revisar y mejorar la normativa vigente”

FOTO: Fernando Díaz

La tragedia en Valencia ha situado de nuevo en el foco de la opinión pública la seguridad de los edificios en los que vivimos. ¿Vivimos en edificios seguros? Es una pregunta importante. A la que da respuesta Fernando Ochoa Zaldívar, presidente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja.

-¿Vivimos en edificios seguros?

-Sinceramente, creo que sí. La normativa vigente es lo suficientemente garantista. El Código Técnico de la Edificación (CTE), que entró en vigor en el año 2006, no ha dejado de sufrir revisiones. Por ejemplo, en la actualización de la normativa de incendios realizada en 2019 se modificó la clase de reacción al fuego de los aislamientos situados en las cámaras ventiladas en función de la altura del edificio y la sectorización del mismo, siendo necesario la utilización de barreras cortafuegos para que el fuego no se propague por el exterior. Aunque, indudablemente una tragedia de estas características nos llevará a revisar y mejorar lo existente, recordando también la importancia de realizar las inspecciones técnicas de las edificaciones con la finalidad de detectar las posibles deficiencias sumado al cumplimiento de la normativa vigente en todas aquellas rehabilitaciones de las mismas.

-Pero lo que era seguro a principios de siglo ahora no parece serlo tanto. ¿Cómo se puede construir hoy para que los edificios sean seguros mañana?

-Como he dicho, la normativa avanza con los tiempos, y cada vez es más exigente y garantista, no tiene nada que ver cómo se construía antes del CTE y como se construye ahora.

-Ha anunciado el Ayuntamiento de Logroño una revisión de los edificios de la capital. ¿Cómo se afronta un trabajo tan ingente y sobre todo, en caso de observar situaciones de riesgo, cómo se puede actuar para solventarlas?

-Si es con criterio me parece una medida correcta. Dado que no todos los edificios son iguales, primero hay que ver las soluciones constructivas ejecutadas en cada uno, determinar si éstas conllevan algún riesgo y dependiendo cuál sea, ver las medidas a implantar para eliminarlo.

-La sensación es que Logroño está experimentando un nuevo proceso de rehabilitación de vivienda, no solo en el centro histórico de la ciudad, pero sobre todo en este lugar tan particular. ¿Es así o se trata de una percepción equivocada?

-Es correcta, hace tiempo que Logroño crece muy poco hacia el exterior y está mirando a su interior. No obstante, se siguen realizando nuevas edificaciones totalmente eficientes, combinadas con rehabilitaciones de edificios antiguos, auspiciados por las ayudas que Europa ha ido ofreciendo, a través de sus distintos planes.

La zona del Casco Antiguo se va poco a poco rehabilitando, un ejemplo claro es la calle San Nicolás, donde existen ya pocos edificios centenarios por rehabilitar.

Fernando Ochoa Zaldívar. / FD

-¿A qué se debe este proceso?

-Distintos agentes, promotores, inversores o simplemente gente con inquietud ha visto que en el centro de la ciudad existía una oportunidad sin explotar y que con un pequeño impulso se podía convertir en un gran centro de negocio, muchas veces relacionado con la actividad turística y otras veces simplemente para servir como vivienda habitual.

-El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana presentó el reparto de 430 millones de euros entre las autonomías para la construcción de vivienda asequible y la rehabilitación. ¿Estamos ante una oportunidad para seguir ordenando la vivienda en La Rioja y recuperando viviendas ‘olvidadas’ en el centro de nuestras localidades?

-Sí, porque hoy por hoy, el coste de construcción eleva el precio de la vivienda a unos mínimos que la hacen muy poco asequible, por lo que todo lo que pueda ser beneficioso para ayudar a fomentar estas actividades hay que aprovecharlo. Solamente hay que basarnos en las últimas ayudas de Rehabilitación (Fondos Next Generation), para la recuperación económica y social en entornos residenciales, teníamos un número de actuaciones mínimas de 1.117 viviendas. Estas ayudas ya están cerradas y se han presentado aproximadamente actuaciones en 2.200 viviendas, las cuales están en proceso de revisión por la administración.

-¿Es una oportunidad histórica para Logroño?

-No solo es una oportunidad para Logroño, es para toda la Comunidad Autónoma, son ayudas generales para toda la población, de nuestra comunidad. Vamos a transformar la región y construir La Rioja de la próxima generación.

-Vara de Rey, la calle Marqués de San Nicolás… y otras tantas en el Casco Antiguo, como la Villanueva. Logroño tiene heridas, algunas de ellas importantes. ¿En qué punto nos encontramos?

-Esto va más allá de suturar las heridas y aspira a fomentar la región del futuro. Con la sostenibilidad, la digitalización y la competitividad como herramientas de desarrollo y como señas de identidad en lo social, la cohesión y la igualdad. Tenemos un futuro que debe cimentarse hoy.

-Algunas zonas del Casco Antiguo de Calahorra están en una situación límite. ¿Cómo se debe cambiar esta dinámica tan negativa desde el punto de vista técnico?

-Desde el punto técnico es posible dar ese cambio. El problema es que la mayoría de los propietarios no tienen un respaldo económico para poder llevar a cabo este cambio. Son inversiones importantes, que debe verse como una mejora o en la mayoría de los casos como una necesidad. Hay abandono por problemas familiares, inseguridad, mala construcción, mala ubicación, entre todos debemos buscar soluciones para darle un cambio a este entramado.

Fernando Ochoa Zaldívar. / FD

-Europa ayuda, pero exige. Y las viviendas deben cumplir con unos criterios muy precisos en materia energética. ¿Puede afectar esto a la rehabilitación de viviendas?

Si cuando un edificio se rehabilita, se hace más sostenible y genera ahorros en materia energética, que al final es la clave para que las comunidades y sus propietarios den el paso. Si, además, existe financiación y el Estado lo fomenta, podemos dar un gran salto hacia adelante. Que una obra de rehabilitación energética supone un desembolso muy importante, es una evidencia. Pero se debe valorar junto con la inversión inicial, la repercusión del ahorro del consumo del edificio, para ver en el plazo en que se amortiza la inversión.

-¿Es más caro construir o rehabilitar para ser más ‘verdes’?

-La rehabilitación es una necesidad, porque más del 50 por ciento de los edificios censados en la Rioja fueron construidos antes de 1980. El mercado está sufriendo desde hace tiempo, la fluctuación de las materias primas siempre al alza, esto como hemos comentado anteriormente esta disparando el precio de la construcción, tanto en rehabilitación como en construcción.

Hoy es impensable que un nuevo edificio de oficinas no contemple la sostenibilidad, no sólo por el código técnico, sino porque las empresas ya lo tienen en su ADN. Los materiales empleados son de baja emisividad. Esto genera espacios más sostenibles para el trabajo. Lo mismo pasa en la vivienda.

-¿Qué papel jugarán los aparejadores riojanos en esta nueva oportunidad de construir y rehabilitar gracias a los fondos europeos para ser más sostenibles?

-Mis compañeros se han formado y siguen formándose. Desarrollando desde ya actuaciones de estas características donde el futuro es la eficiencia energética.

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