Ganadería

Radiografía de una ganadería riojana que pierde fuerza

La ganadería riojana ha perdido volumen en casi todos los tipos de cabaña en los últimos cuatro años

El sector ganadero en La Rioja cuenta en la actualidad con un total de 12.688 explotaciones, de la cuales 11.577 corresponden a personas físicas (7.879 al frente de hombres y el resto al frente de mujeres). Un sector que ha perdido volumen en casi todos los tipos de cabaña en los últimos cuatro años. Se libra la rama apícola, que ha ido al alza aunque con una ligera bajada en el último año para quedarse con 384 explotaciones a cierre de 2023.

De hecho, esa merma durante el último año ha sido más acusada en los sectores ovino y caprino, que entre 2021 y 2022 experimentan una contundente caída pasando así de 358 a 260 explotaciones de ovino y de 265 a 177 explotaciones de caprino. Así lo reflejan los datos del Área de Estadística de la Consejería de Agricultura.

Se mantiene al margen de esta evolución en negativo la trucha arcoíris, que durante los últimos cuatro años mantiene sus tres explotaciones en la comunidad. Por otro lado, las ganaderías de porcino, equino y abejas sí sumaron explotaciones a los registros autonómicos entre 2021 y 2022.

Si el foco se posa en el censo ganadero, los números ya siguen una tendencia dispar en función del tipo de ganadería. Para hablar de cabezas de ganado, la serie histórica incluye la evolución desde 1994, lo que plasma un recorrido de tres décadas a lo largo de la historia de un sector económico también clave para la región. Cabe puntualizar que en el caso de las gallinas y los conejos solo hay datos hasta 2020 que hacen referencia a los animales únicamente reproductores.

Sin duda, los rebaños de ovejas han sido los más castigados con el paso del tiempo. Si en 1994 en La Rioja había 243.895 cabezas de ganado, a fecha de 2023 los registros regionales cifran el total de animales en 83.258. Es decir, el volumen de ovejas se ha reducido en casi dos tercios en estos últimos 30 años. También han perdido presencia las granjas de vacuno, caprino, equino y conejos, aunque en todos los casos el descenso ha sido mucho menos acusado y con escasa variabilidad a lo largo de estas tres décadas.

Sin embargo, de esta última gráfica se extrae un impacto relevante en el porcino. Si en 2015 había 92.145 cerdos, a fecha de 2023 la región cuenta con 167.723 cabezas. Aunque durante el último ejercicio la cifra se ha reducido, el aumento constante en ocho años frente al recorrido que muestran el resto de granjas es motivo de análisis. La Rioja Baja, por su cercanía a Aragón, ha sido foco de atracción para muchas de las grandes empresas porcinas aragonesas que buscaban territorio donde expandirse ante una región ya saturada de purín. Es por ello que en los últimos años han buscado en esta zona personas interesadas en invertir en nuevos cebaderos o en ampliaciones de los ya existentes, de ahí que el número de animales se haya disparado. Estos cebaderos trabajan en integración para las grandes empresas, que les facilitan los cerdos, la alimentación, así como las gestiones de asesoría. Un modelo de negocio que dista mucho de la otra tipología de granja porcina que prolifera más en La Rioja Alta y donde los propietarios normalmente abarcan más procesos de crianza, más allá del mero engorde del cerdo.

Cerdos en una granja de Alesanco. | Foto: Leire Díez

Por otro lado, la apicultura es uno de los sectores que repunta La Rioja, y es que entre 2020 y 2023 ha pasado de contar con 24.122 colmenas a tener 26.450. Un sector que, si bien no muestra una situación de declive, cabe destacar la gran diferencia que hay entre apicultores profesionales (con más de 150 colmenas) y los que no lo son. De hecho, la apicultura ocupa a casi 400 personas en La Rioja, aunque solo 40 lo hacen a título profesional.

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