El Rioja

“No se entiende cómo defienden el vino de mesa tal y como está Rioja”

Votación en Calahorra el pasado miércoles

Todo parecía fluir en el desarrollo de las votaciones celebradas este miércoles entre los agricultores y ganaderos independientes para sacar adelante ese acuerdo con más de una treintena de reivindicaciones del sector agrario riojano en favor de su rentabilidad. Sin embargo, fue ‘poner’ una copa de vino sobre la mesa y el discurso cambió y, por ende, también el consenso que había imperado en el resto de puntos abordados. Como resultado de esta discordia, finalmente se decidió sacar del acuerdo los dos puntos relativos al vino: no producir vino de mesa mientras la ratio de la DOCa se sitúe en valores superiores a 2,80 y crear un grupo de trabajo para estudiar la adaptación de la masa vegetal de viñedo en Rioja, así como posibles medidas para el equilibrio del mercado.

Un resultado en la votación que no ha sorprendido entre el sector porque es de sobra conocido el conflicto de intereses que existe entre unos y otros agricultores a la hora de abordar el tema del vino de mesa porque entran en juego los intereses de productores y elaboradores. El mayor conflicto se vivió en El Recuenco entre Calahorra y Aldeanueva de Ebro, y es que no todos los agricultores parecían estar de acuerdo en la eliminación del vino de mesa, que supone una de sus fuentes de ingreso para muchos, aunque la ratio esté disparada (2023 cerró con una ratio de 3,64). Un asunto que, sin duda, afecta a la crisis de ventas que late en Rioja desde hace varios años. De hecho, este jueves se conocían los datos relativos al ejercicio de 2023, cuando se comercializaron 325,2 millones de botellas vendidas (238,3 millones de litros de vino), lo que supone un 5,18 por ciento menos que el año anterior.

“Lo que hay que dejar claro es que los que no quieren tocar el vino de mesa son los de Aldeanueva de Ebro y es que no se entiende cómo siguen defendiéndolo viendo tal y como está Rioja”, manifiesta uno de los agricultores que participó en la reunión en El Recuenco. “A mí no me parece mal que haya vino de mesa si la ratio está por debajo de ese 2,80, pero en la situación actual es ridículo hablar de vino de mesa y que se siga elaborando. Fíjate que en el restaurante donde estuvimos comiendo varios días durante las tractoradas la semana pasada nos sirvieron con el menú un vino de mesa de Aldeanueva. Es que si nosotros mismos en La Rioja somos tan incompetentes de no beber vino de Rioja, ¿qué vamos a pedir al resto de la gente? Es que no muestran nada de empatía en un momento en el que deberíamos remar todos en el mismo barco. Es que mientras el Consejo Regulador está pensando en descalificar viñas con 7.500 kilos por hectárea, ¿qué hace esa gente defendiendo el vino de mesa? ¿Qué polémica o controversia pueden generar este asunto con lo que estamos sufriendo ahora en Rioja?”, lamenta con indignación.

“Viendo el fuego que estaban preparando los de Aldeanueva, se decidió sacar los dos puntos para lograr la unanimidad. Era eso o el acuerdo no saldría adelante con tiempo suficiente para presentarlo este jueves ante el Ministerio. Aunque ellos ya dijeron que no es no lo quieran abordar, sino que prefieren hacerlo en el marco del Consejo Regulador, pero claro, en la DOCa ellos tienen mucha fuerza también”, reconoce otro de los agricultores allí presentes.

Esta decisión sorprendió a los de La Rioja Alta. “Si se aprobó así por mayoría no entiendo por qué por decisión de unos cuántos se tiene que cambiar. Parece que son ellos los que mandan en cuestiones de vino y no es así porque debe haber consenso entre todas las zonas de la región. Aquí en La Rioja Alta se votó a favor de todos los puntos, y por mayoría absoluta, y los de La Rioja Media también votaron que sí”, remarca un agricultor de San Asensio, perplejo al enterarse que finalmente los puntos del vino habían quedado fuera del texto. “Está claro que el vino de mesa no se puede eliminar y no hemos pedido eso. Lo que queremos es que se regule en función de las circunstancias de cada momento. Si un año hace falta vino, pues que se elabore vino de mesa, pero si otro año hay suficiente pues que no se elabore más allá del amparado por Rioja. Pero, por ejemplo, algo que no sentó nada bien fue lo que ocurrió en 2017, cuando sufrimos la gran helada y se nos redujo los rendimientos amparados del cien al 85 por ciento, mientras que allí se les otorgó el 125 por ciento”.

Unos se han salido con la suya, mientras que los otros confían (y reclaman) que el debate sobre el vino de mesa vuelva a ser objeto de reunión. El coordinador general de UAGR, Roberto Ruiz Clavijo, incide en que esta organización agraria siempre ha defendido que “el vino de mesa es uno de los graves problemas del sector y que año tras año se ha ido agravando”. Apunta, además, que en varias zonas de La Rioja donde se votó este manifiesto al completo los agricultores mostraron su disconformidad a la elaboración del vino de mesa incluso aunque la ratio bajara de 2,8. “Ya hemos mostrado nuestro disposición a hacer una mesa de trabajo en la que se aborden esos puntos del vino, así como asuntos referidos a la vendimia en verde, la representatividad en el Consejo Regulador, los rendimientos y aspectos que favorezcan a la rentabilidad del viticultor. Pero hay que tener en cuenta que hay cuestiones del Consejo Regulador que no se debaten en La Rioja, sino que son de competencia nacional como es el Reglamento del Consejo Regulador, así que no es un tema solo a nivel regional como decían”.

Desde UPA La Rioja, Néstor Alcolea asegura que su organización defendía que, sin perjuicio de que se elaborase de manera inmediata una tabla de reivindicaciones exclusiva del sector vitivinícola, se mantuvieran esos puntos en el acuerdo. “Pero otras partes se negaron porque no lo había valorado con su Comisión del Vino. De hecho, los chalecos amarillos también estaban divididos, pese a que querían sacar adelante un acuerdo”. Alcolea defiende que “se deberían haber incluido más puntos en el manifiesto inicial, por lo que hace falta un manifiesto más extenso para desarrollar más este tema”. Eso sí, insiste en que “más allá de que los puntos del vino se hayan sacado del acuerdo, lo que me molesta es que luego se mantenga el vino de mesa”.

Por contra, desde ARAG-ASAJA confirman que “se acordó por consenso de todas las organizaciones profesionales agrarias y las plataformas que esas reivindicaciones del sector del vino se quedaran fuera, sobre todo al conocer que era un punto que estaba creando fricciones entre estas mismas plataformas. La organización opina que “la problemática del sector del vino bien merece debatirla a parte”.

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