Agricultura

Un “año excepcional” para la hortaliza de invierno

Es temporada de hortalizas y la SAT Valle de Rincón afronta una “campaña rara” desde sus almacenes con unos agricultores desconcertados ante los vaivenes del astro: “No saben cómo actuar porque no dan con la tecla para sacar adelante sus cultivo ante el cambio térmico. Es gente con mucha experiencia en el campo, pero no saben qué más hacer”.

“En el momento de la plantación hizo mucho calor y la planta no salió bien. La alcachofa es más de primavera, pero este año está entrando menos de lo habitual a causa de las heladas de los últimos días, que la han machacado. La producción se ha parado y es algo generalizado en toda la zona de la ribera”, valora su responsable Carlos, quien asegura que “este año el campo está viviendo una situación excepcional”.

La coliflor, en cambio, está entrando con mejor apariencia. “Al menos más sana que el año pasado, aunque va muy despacio también porque en su día no vegetó como debía por las altas temperaturas. Las noches no eran lo suficientemente frías, que es lo que necesita esta hortaliza para hacer mata, así que ya veremos cómo avanza con el calor de estos días”, apunta. Así que mientras los mercados no dejan de demandar producto, la tierra va a su ritmo creando así un situación favorables para las ventas. Del resto de hortalizas de invierno, como la borraja, no entra a valorar puesto que se encuentran protegidas por los invernaderos, “y ahí funcionan bien”.

David Pinilla, agricultor de Rincón de Soto y socio de la SAT, ya abandonó la coliflor y ahora se dedica a la alcachofa, aunque las peras son su actividad principal. Reconoce que el tiempo no ha acompañado con unas heladas que han dejado negras las alcachofas de invierno, dificultando así su venta en un momento en el que los precios son más altos: “En otoño tiraron mucho con el calor, pero ahora se han podrido al deshidratarse por el hielo, así que habrá que esperar a que vuelvan a crecer nuevos brotes de cara a primavera, que es cuando hay más producción”.

Los hongos han sido otras de las preocupaciones de los productores, que especialmente afectan a la coliflor, por lo que el aire que ha soplado ha sido bienvenido para secar esa humedad que trajo el otoño. “Por suerte, en la SAT contamos con cámaras frigoríficas que conservan muy bien el producto, por lo que podemos cogerlo con hojas que aguantan mejor, y venderlo cuando más convenga en función del mercado. Al final este fluctúa mucho dependiendo de la época y la mayor oferta que rebaja los precios”, añade David.

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