Yolanda Castillo, la hija del hostelero asesinado en Cuzcurrita del Río Tirón el pasado mes de mayo asume que recordar este trágico suceso “causa dolor” pero espera que contribuya a esclarecer los hechos “que fueron brutales”, lo mismo que desea que sea útil el no haber recibido todavía los restos mortales de su padre.
Así lo ha explicado a los medios de comunicación Yolanda Castillo con motivo de la reconstrucción del crimen que este viernes ha realizado la Guardia Civil junto a los dos detenidos que permanecen en prisión como presuntos autores de los hechos. Una reconstrucción que, a su juicio, ha revelado que “no fue un asesinato normal por los daños que ocasionaron a mi padre. Actuaron con una saña desmesurada”.
“Llevo nueve meses sufriendo muchísimo y quiero que se llegue al final de todo, por mí y por mi padre”, ha explicado Castillo, que ha detallado que, por la información que le han transmitido, “los dos acusados se culpan el uno al otro y también han dicho algunas tonterías”, aunque “creo que sabían lo que hacían, porque incluso le pusieron unas esposas”.
El abogado de la familia, que ejerce la acusación particular, ha llamado la atención sobre el que el vecino del hostelero asegurara en su día que no había oído los gritos del hombre.
Sobre este extremo, Castillo ha explicado que ella ha tratado en los últimos meses de aislarse “para curarme” y “solo estoy en contacto con mis abogados y con las personas con las que me siento en paz, pero con ese vecino no tengo relación” porque “en realidad no la tengo con casi nadie, solo he querido estar tranquila”.
En cualquier caso, ha lamentado, “mataron brutalmente a un hombre bueno de verdad, que ayudaba a todo el mundo y no tenía más que buenas palabras y alegría. Era risueño y encantador”.
Ganas de poder enterrar a su padre
“Tengo muchas ganas y no entiendo por qué tardan tanto”, ha admitido al referirse a que todavía no ha recibido los restos mortales de su padre “y cuando los reciba será un momento importante, pero doloroso, como lo ha sido el de hoy”.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
Así, ha proseguido “el entierro mi padre será otro pasito para empezar yo mi propio duelo, porque todavía no he empezado. Tengo un dolor en el alma y no encuentro palabras para explicarlo”.
En todo caso “será el juez el que decida cuando me darán el cuerpo y pienso que si no se hace es por algo bueno en favor de la familia”, así que, “si hay que esperar un poco más, esperaré, porque hay que pensar que todo esto sea para bien, aunque la espera no sea fácil”.
