TRIBUNA

‘Una Duquesa de la Victoria del siglo XXI y no del siglo XIX’

Ayer asistí a la reunión expositiva en la Biblioteca Rafael Azcona de las modificaciones al proyecto de la calle Duquesa de la Victoria que estaba licitado y quisiera hacer algunas aportaciones y apreciaciones a lo comentado, si bien creo que ya están dados los pasos para ejecutar sin posiblidad de cambio -no fue una reunion participativa, sino expositiva de cambios consumados- las variaciones.

– Sobre el trazado. Es erróneo que un trazado rectilíneo calme el tráfico de coches o que genere mayor seguridad. Al contrario: es más peligroso porque permite mayores velocidades de los vehículos a motor, mientras que un trazado con variación de directriz obliga a menor velocidad de coches (sin impedir su paso), obligando a mantener la atención y evitando así atropellos o impactos, y además disminuyendo ruido y añadiendo seguridad al resto de los usuarios de la calle, problemas estos generalizados en Logroño.

– Sobre el ancho de carril bici actual, su dimensión permite el tránsito de bicicletas de carga o de VMP (vehículos de movilidad personal), incluidas sillas de ruedas motorizadas. Una disminución de su sección impediría estas opciones de desplazamientos, que tienen, recordemos, el mismo derecho a circular por la ciudad.

– Sobre la propia convocatoria de la reunión, es poco acertado no considerar a todos los vecinos de la ciudad para debatir sobre el trazado de una calle que es de vital importancia en la movilidad. No solo comerciantes y propietarios de las zonas deben participar en su valoración. Vendría a ser como decir que una comunidad autónoma tiene derecho a la autodeterminación, sin considerar al resto del país, para que se entienda. La ciudad debe ser diseñada para todos sus habitantes.

– Sobre los criterios de las modificaciones, si solo se piensa desde dentro del coche (y con un perfil de varón de 30-50 años y en forma, como los cuatro concejales que presentaron el proyecto) el resultado es un diseño solo para conductores de coches. Pero la ciudad, esa calle, es mucho más que eso: hay varios colegios con niños, personas que pasean o vecinos que descansan en sus casas con las ventanas abiertas.

Todos los tratados actuales de urbanismo orientan hacia ciudades caminables, de 15 minutos, minimizando el número de vehículos a motor por sus múltiples inconvenientes (ocupación de espacio, emisiones, ruido, isla de calor, sedentarismo, …). Ir en contra de este criterio técnico es ir en contra de la actualización que todas las ciudades están realizando.

– Victimismo: los fondos PRTR fueron presentado ayer como una imposición negativa aprovechada por el Gobierno anterior para realizar intervenciones caprichosas. Nada más equivocado. Los fondos europeos son una oprtunidad brindada a los estados miembros para actualizar y modernizar sus ciudades en aspectos como la digitalización, la accesibilidad, la eficiencia energética y la movilidad sostenible (entendiendo como tal la movilidad activa (caminar y bicicleta), que no la eléctrica (sedentaria). Y España está recibiendo muchos de ellos porque está muy atrasada. No aprovechar esta oportunidad o incluso deslizar que se podría renunciar a ello es una falta total y absoluta de responsabilidad profesional hacia la ciudad.

– Sobre los criterios medioambientales, ausentes en todo momento, resultó grotesco tanto el acercamiento secundario como la ausencia de factores que necesariamente se deben considerar, como son: medidas contra el efecto isla de calor (más superficies permeables y vegetadas frente al asfalto), reducción del ruido mediante medidas de calmado de tráfico motorizado (trazado, badenes, incremento de pasos peatonales), defensa de la flora y fauna local (si, también en la ciudad), reducción de la contaminación lumínica, o medidas de adaptación al cambio climático (zonas refugio climático o incremento de sombras vegetales).

Por tanto, como propuestas para las modificaciones, planteo:

  • Recuperar los trazados no lineales.
  • Incrementar las superficies permeables en todo el trazado en detrimento de la superficie asfaltada.
  • Incremento del arbolado, no restringido a alcorques, sino interconectado.
  • Reducción de la iluminación e incorporación de atenuación horaria.

Estamos de acuerdo en que el anterior proyecto de la calle era mejorable, pero en un sentido mucho más acorde al siglo XXI y no al siglo XIX, como se expuso. Lo que subyace es el modelo de ciudad que se debe generar en los próximos años.

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