Cultura y Sociedad

Una obra teatral en una casa de muñecas ofrece una experiencia inmersiva unipersonal

Fotos: EFE/ Raquel Manzanares

Sergio Jiménez.- La obra de teatro en miniatura ‘Tras el umbral’, que se desarrolla en una casa de muñecas, ofrece una experiencia inmersiva unipersonal en la que cada representación, de pocos minutos, tiene un único espectador que se sumerge en un mundo de marionetas. Así lo ha detallado a EFE Raquel Gonzalo, una de las titiriteras de la compañía Violeta y Péndula, con motivo de esta representación en Logroño dentro del ciclo ‘Escenario Insólito’ del Festival Actual 2024, que concluirá el domingo 7 de enero.

Gonzalo ha explicado que esta obra de teatro, que se podrá ver hasta el próximo día 5 en el kiosco situado en el Parque del Carmen de la capital riojana, se desarrolla en “una cajita de teatro en miniatura” mediante el movimiento de objetos y títeres, una tipología que se denomina ‘Lambe Lambe’.

‘Tras el umbral’, que tiene una duración aproximada de unos 7 minutos por representación, invita a un único espectador a un espacio limitado, dentro del que se asoma al interior de una pequeña caja decorada como una casa de muñecas.

Foto: EFE/ Raquel Manzanares

“Te toca el corazón”

“No podemos contar mucho”, ha indicado Gonzalo en referencia a la historia que se narra en menos de 10 minutos, pero ha incidido en que “te metes totalmente de lleno y te toca bastante el corazón”. Ha precisado que el ‘Lambe Lambe’, “al ser un teatro tan breve, hace que sea exclusivo para la persona que está, y en esta ocasión somos dos titiriteras manipulando objetos para un único espectador”.

“Tanto para el espectador como para nosotras es una experiencia muy inmersiva, te metes mucho en la historia y cada persona, en función de en qué momento vital esté, puede interpretar una cosa u otra, y también a nosotras nos da en un lado diferente, entonces, es una obra bastante personal”, ha subrayado.

Junto a su compañera de Violeta y Péndula, Yolanda Francia, manejan desde el exterior de la caja los objetos que la habitan y controlan la iluminación, los sonidos e, incluso, el aire que entra dentro de ella para contar una historia que el espectador observa desde una mirilla.

“Hay gente que termina la obra llorando, ya que cada uno traspasa un umbral distinto con esta historia”, ha remarcado Gonzalo, quien ha añadido que “lo que más nos gusta de este formato es trabajar en la esencia, porque lo difícil es llegar a lo sencillo, a contar en pocos minutos algo tan profundo y tan desarrollado”.

Sin improvisación

Ha especificado que en ‘Tras el umbral’ queda “muy poco lugar para la improvisación, porque tenemos una coreografía entre las dos para que todo vaya de forma correcta, y cada movimiento es milimetrado”.

“Lo que nos hace estar súper presentes en cada pase es que en cada segundo observamos cómo está el espectador de manera directa, y sabemos cómo va a terminar al ver cómo recibe la obra”, ha señalado. Su interés y el de su compañera por el ‘Lambe Lambe’ surgió durante la pandemia de la covid-19, cuando tuvieron que “parar” su actividad laboral y les apeteció “investigar cosas nuevas”.

Respecto a sus proyectos futuros, ha indicado que les gustaría dedicarse más esta tipología de teatro y tener “una colección” de cajas para “hacer instalaciones más completas”, además de trabajar el ‘clown’, que es su otra disciplina.

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