La UD Logroñés ha podido descansar. Después de una primera mitad de campeonato realmente intenso por la presencia de la Copa Federación y de la Copa del Rey además de las citas de cada fin de semana con compromisos ligueros, la plantilla ha tenido tiempo para reposar en lo que han sido varias semanas sin competición oficial alguna.
Así, los miembros de la primera plantilla han podido recostarse un poco tras un inicio de campeonato intenso en donde llegaron a jugar cada cuatro días durante los tres primeros meses de la actual temporada, cuya primera vuelta se cerrará este próximo domingo con un partido clave para las aspiraciones riojanas, que reciben en Las Gaunas al Utebo a partir de las seis de la tarde.
La plantilla regresa este miércoles a los entrenamientos tras varios días de descanso. El equipo paró nada más finalizar el último partido del año 2023 jugado en Brea de Aragón el pasado 17 de diciembre (0-2). Triunfo a domicilio, el segundo de la temporada lejos de Las Gaunas, para establecerse con cierta comodidad en los puestos de playoff a la espera de dar un paso adelante determinante durante las dos primeras citas del año 2024. Utebo (segundo en liga) y Bilbao Athletic (líder sólido) son la próxima frontera que necesita atravesar con éxito este equipo que ha descanso 8 días, para volver al trabajo el pasado 26 de diciembre.
Desde entonces acumula cinco entrenamientos, y tres nuevas jornadas de descanso, para volver ya este miércoles al trabajo para comenzar a preparar el choque contra el Utebo y ya no parar hasta al menos el próximo 5 de mayo, cuando se juegue la última jornada liguera en el Grupo 2 de Segunda Federación. Entonces, el equipo podría celebrar el objetivo, que no es otro que el ascenso directo, si logra recortar la distancia con el Bilbao Athletic, o buscar el objetivo por el camino largo, a través de unos playoffs que siempre puede toparse con alguna trampa por lo que conviene quedar lo más arriba posible en la tabla para sortear ciertos obstáculos.
FOTO: UD Logroñés/ Riojapress.
Un enero siempre diferente porque las plantillas pueden experimentar modificaciones. Todos los equipos buscan mejorar o solventar ciertas deficiencias o carencias observadas durante esta primera mitad de campeonato. Podría ser el caso de la UD Logroñés, que está peleando por los objetivos marcados pero que se ha topado con situaciones mejorables, como la eficacia rematadora del equipo lejos de Las Gaunas, o la solidez defensiva de la plantilla ante los mejores equipos del campeonato.
A lo largo de su historia la UD Logroñés siempre ha acudido al mercado de fichaje. Con más o menos acierto, la entidad siempre ha firmado, independientemente de si las cosas iban mal o iban bien. Se firmó la temporada en la que se logró el ascenso a Segunda División. Entonces llegaron a un gran equipo Damián Petcoff, Zelu y Thomas Carrique, en un último esfuerzo por mejorar una plantilla que pasó a la historia. Aunque para mercado de invierno comprometido el de hace justo un año, cuando Dupi no logró ocupar dos fichas disponibles y aquella mala plantilla quedó aún más debilitada a partir del 31 de enero en lo que parecía un final escrito previamente.
Carlos Lasheras, actual director deportivo de la entidad riojana, se movió con velocidad durante el pasado mercado de verano. Confeccionó una plantilla lo antes posible. El objetivo es que todos llegaran en la primera semana de la pretemporada, como así fue. Enero es un mercado algo más complejo, más peligroso, no hay tanto donde poder elegir, y aunque la UD Logroñés es un equipo atractivo en Segunda Federación, la oferta y la demanda pueden situarse en espacios del todo alejados.
Este elemento determina si se actúa con agilidad o se espera a los últimos días del mes de enero para hacer los movimientos deseados.
