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Vingegaard, Kuss y Van Aert ‘compran’ billete a Moncalvillo

Foto: Vuelta Ciclista a España

La decimonovena etapa de la próxima Vuelta Ciclista a España tendrá color riojano (Logroño-Moncalvillo, 168 kilómetros, viernes 6 de septiembre), tal y como adelantó Nuevecuatrouno el pasado lunes. Pues bien, solo días después, varios equipos ya han confirmado el calendario que seguirán varios ciclistas de élite. De esta forma, la ronda española contará con un cartel espectacular, al incluir a figuras como Vingegaard, Kuss y Van Aert. La crème de la crème. Si las lesiones, las caídas y las circunstancias de carrera acompañan, este trío podría incluso jugarse los puestos de podio de la carrera, incluido el jersey rojo.

El danés Vingegaard (Visma-Lease), es una gran estrella de este deporte y se llevó los dos últimos Tour de Francia (2022, 2023). En su mismo equipo está el estadounidense Kuss, ganador de la pasada Vuelta a España 2023. Por último, el belga Wout Van Aert (Jumbo-Visma), todo un clasicómano y especialista en exhibiciones individuales.

Un día marcado en rojo 

Moncalvillo, llegada de la antepenúltima etapa de la ronda nacional, tiene todos los alicientes para ser decisiva. Un día para la general. En 2020, el COVID privó a la afición de disfrutar de un enorme espectáculo. Cuatro años más tarde, el espectáculo está garantizado. Así lo reconoció Perico Delgado en la presentación: “Ha sido uno de los finales más emocionantes que he visto desde que comento la Vuelta”. Otra gran estrella del ciclismo español, como Alejandro Valverde, afirmó que “por la televisión no se aprecia la dureza que tiene”. La organización lo ha calificado como un primera categoría, aunque bien podría ser especial.

Se trata del puerto de carretera más duro de La Rioja y sus números hablan por sí solos. Solo serán 8,3 kilómetros de subida, pero los ciclistas tendrán que remontar 753 metros, hasta los 1.490 de la cima. Es decir, el porcentaje medio se queda cerca del 9% y los últimos cinco kilómetros alcanzan el doble dígito de pendiente, incluso hasta el 15 por ciento, a lo largo de varios rampones a lo largo de la ascensión. Seguro que los aficionados abarrotan las laderas y las múltiples curvas de herradura de esta gran subida riojana, acompañando a los ciclistas en su sufrimiento extremo. No es que vayan a doler las piernas, van a quemar.

El Alto de Moncalvillo ya se ganó el corazón de los aficionados al ciclismo durante la edición de 2020. Aquel día, Primoz Roglic (Jumbo Visma), segundo entonces en la clasificación, se impuso al líder Richard Carapaz en la línea de meta tras un apasionante duelo que recuerdan todos los aficionados a este duro deporte. Todavía más atrás en el tiempo, la categoría fue final de la Vuelta a La Rioja. Quienes ya peinen canas quizá recuerden haber vivido otro gran duelo. En este caso, el gran Chava Jiménez atacó para ganar a otro ilustr de su época, el suizo Álex Zülle. El espectáculo estará asegurado.

Richard Carapaz | Foto: Ineos

Pero antes del ‘rush’ final, los ciclistas afrontarán la salida neutralizada desde Logroño. Será prácticamente una etapa unipuerto, puesto que además del citado coloso, solo se pasará por la ‘tachuela’ de Pradilla. La serpiente multicolor saldrá de la capital riojana en dirección Haro. La carrera se introducirá en la provincia de Burgos para pasar por Belorado y Fresneda de la Sierra. En dicha localidad arranca el bonito pero corto Alto de Pradilla (1.240 metros), límitrofe entre La Rioja y Burgos. Ya a partir de ahí, la carrera pasará por Ezcaray, Santo Domingo, Berceo, para tomar ya dirección hacia Moncalvillo.

Otro paso por La Rioja

Un día antes de Moncalvillo (jueves 5 de septiembre), los aficionados riojanos podrán disfrutar del aperitivo. La decimoctava etapa de la competición transcurrirá entre Vitoria y Maeztu. Los ciclistas entrarán a La Rioja a través del alto de Rivas de Tereso, en Peñacerrada. Por San Vicente de La Sonsierra, la carrera bajará hacia Labastida y posteriormente, discurrirá a través de más de cincuenta kilómetros por La Rioja Alavesa, antes de internarse en la Montaña Alavesa. Tras recorrer un largo tramo entre viñedos, por carreteras repletas de toboganes y terreno irregular (apto para emboscadas), la carrera abandonará La Rioja Alavesa por el Alto de Herrera (1.102 metros).

El pelotón volverá a avanzar entre el viñedo riojano | Foto: La Vuelta

Su cara sur es un puerto de primera categoría. Corto, pero muy duro (8,5 por ciento de pendiente media), con una rampa interminable en su segundo kilómetro (700 metros rectilíneos al 12%, con una rampa del 14%). Se trata de una carretera expuesta al sol y al viento; quizá propicia para ataques en la fuga. Seguro que muchos cicloturistas, acostumbrados a sufrir (y disfrutar) estas rampas en su tiempo libre, se acercan para poder ver a sus ídolos desde la cuneta. Pocos deportes permiten un contacto tan directo. Casi único.

Y si el día acompaña, los hinchas no se pueden perder el Balcón de La Rioja, situado a menos de un kilómetro de coronar Herrera. Una ventana abierta hacia toda su querida región. Un mirador panorámico desde el que observar el mar de viñedos, el río Ebro, toda La Rioja Alta y al fondo, como vigías imperturbables, el pico del San Lorenzo y la Sierra de la Demanda.

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