Los trujales apuran ya sus últimas entregas a pocos días de despedir una nueva campaña que se auguraba más mermada, pero con las últimas cuentas echadas parece que no va a pintar mal del todo. En Alfaro, la Almazara Ecológica calcula que será a finales de esta semana cuando concluyan la recolección después de mes y medio de cosecha. Las expectativas son “bastante buenas” y es que Jesús Catalán, uno de los tres hermanos propietarios del trujal familiar, prevé rozar los 250.000 kilos de aceitunas frente a los 180.000 que recogieron aproximadamente en 2022.
“Si el año pasado ya fue una súper cosecha, este año la hemos superado con creces y no se esperaba, aunque también ha sido más larga porque hemos pasado unos 40 días recolectando. La tendencia general, aún así, es que a nivel general hay menos oliva en el campo”, reconoce contando los últimos miles de kilos que le quedan por meter a la almazara.
Los rendimientos también han variado a lo largo de la temporada. Así, mientras que al principio sí eran bajos porque hubo oliva que se recogió antes de las lluvias, las últimas entregas que han tenido rondan entre el 17 y 20 por ciento. “Además, algo que influye en nuestra producción es que practicamos una agricultura biodinámica bajo el método trinium -que sirve para reforzar el desarrollo vegetativo de la planta y la fertilidad del terreno-, algo que nos está dando unos resultados muy buenos”, destaca Catalán.
A lo que no se ha sumado la Almazara Ecológica es a la especulación de la oliva que, asegura, está dejando subastas entre los agricultores para ver quién da más por sus aceitunas. “Nosotros no nos hemos movido y seguimos pagando el kilo de olivas a un euro a pesar de que haya quien lo pague más, aunque la mayoría de nuestra producción es propia y compramos poco. Ahora el precio de un kilo está entre los 0,90 euros y los 1,30 o 1,40 euros, pero para ganas dos euros y vender el aceite a nueve euros el litro tengo que apostar siete con los rendimientos que hay”.
La comercialización habitual de esta almazara de Alfaro ronda los 80.000 litros, pero este año apenas superarán la mitad de la cantidad para abastecer a su mercado porque no hay suficiente oliva, al igual que en el resto del país, y no han querido comprar más si se escapa de su límite de precios. “Esto, inevitablemente, deriva en un aumento del precio del aceite, pero también he visto garrafas de 5 litros a 55 euros y sin ser virgen extra, así como pagar el litro a 12 euros. Eso es muy complicado de mantener y esto puede provocar que, si de repente hay un frenazo en el consumo, la gente que se ha hecho con tanta oliva tenga problemas para colocarla o vender el aceite”, considera.
La Almazara Ecológica vende el litro de aceite en torno a los nueve euros. “Hemos subido algo el precio, pero hemos puesto el que hemos querido nosotros. Es cierto que tampoco te puedes alejar mucho del mercado porque si te quedas muy por debajo no vas a poder satisfacer a tus clientes porque te quedarías sin aceite, por lo que te ves obligado a subirlo algo. Los agricultores a los que les compro la oliva saben que este año no les voy a pagar ese exceso, pero también saben que si el año que viene bajan los precios tampoco les voy a pagar de menos”.
