Ventura Martínez es uno de los chefs de referencia de la gastronomía riojana. Su tono disfrutón permite acercarse a esa culinaria sin dobleces, para conocer mejor esta tierra que invita siempre a compartir buena mesa, sin aspavientos ni grandilocuencias. Rica gastronomía riojana directa al sabor.
El chef riojabajeño es el responsable del restaurante Delicatto y del Chef Nino, cuna de la cocina calagurritana, que es en donde se detiene en primer lugar para hacer su primera recomendación en esta sección que pretende servir de modesta guía para visitar aquellos restaurantes que los grandes rostros de nuestra cocina visitan en cuanto tienen la menor oportunidad. “¿Dónde salimos a cenar hoy?” es la típica pregunta a la que en La Rioja en la Mesa queremos ayudar a ponerle una respuesta.
Pero los chefs invitados a participar tienen dos normas. La primera es que no pueden recomendar ninguno de sus restaurantes; y la segunda, que no deben superar un presupuesto fijado en los 50 euros (sin vino). Así, hemos conocido el Toten de la mano de Óscar Torres; o las verduras que preparan en Casa Javi gracias a Blas Sos de La Alameda de Pipaona. Se trata de abrir el abanico de posibilidades para disfrutar de experiencias gastronómicas ajustadas a un presupuesto.
Y Ventura Martínez tiene claro que de salir de casa a comer fuera lo haría en primer lugar a La Comedia de la ciudad riojabajeña. Asegura en su recomendación que “en caso de ir a este sitio hay que dejarse recomendar y aceptar lo que ofrezca Esteban, siempre en plan informal”. También disfruta mucho de sus visitas al Albergue. Ventura Martínez reconoce que “aquí se hace cocina con fundamento”, y esto no siempre es sencillo de encontrar. Así que la segunda sugerencia de Ventura Martínez también está en Calahorra.
Y un poco más allá, en Arnedo, Ventura Martínez tiene otro referencia habitual. Se trata del Sopitas, “donde cuidan la tradición y siempre se come muy bien, con un servicio de los de siempre”, y por último, aunque ajuntando al máximo el presupuesto de 50 euros por personas sin incluir el vino, Ventura Martínez, cuando se pasa por Logroño con tiempo para disfrutar de una mesa y mantel, hace un alto en el camino en la calle Laurel. Es aquí donde se asegura siempre de tener una reserva a tiempo en uno de los templos de la gastronomía logroñesa en el corazón de la capital. “Se trata del Tahití y acudo allí siempre que me apetece brasa”.
