Los Sotos del Ebro en Logroño acogen desde principios de este mes a un nuevo integrante animal que ha decidido desviarse de su habitual camino y visitar este paraje riojano. El papamoscas papirrojo (‘Ficedula parva’) es un ejemplar de ave joven de primer invierno que llegado el frío emigra desde los países del norte y este de Europa donde cría hacia zonas más cálidas y orientales, especialmente el sur de Asia.
Sin embargo, y para sorpresa de los más entendidos en ornitología, el pasado 4 de diciembre Antonio Quintano descubrió a este ave en esta zona del río. “Una auténtica rareza en la Península Ibérica, porque este no es su recorrido habitual. Apenas existen 22 observaciones, contando esta, en el territorio peninsular del papamoscas papirrojo desde el año 1900, tal como indican fuentes oficiales”, explica Alejandro López, otro experto y aficionado a las aves.
Un atractivo natural que durante estos días ha atraído a decenas de personas, “llegadas incluso desde otras comunidades autónomas como Cantabria, Cataluña, Navarra, Soria y Burgos”, hasta la capital riojana para probar suerte y ser capaces de capturar con la mirada el vuelo de este ave migratoria que se alimenta, principalmente, de insectos.
Algunos de estos pajareros como López lo han localizado entre los árboles celebrando así el hallazgo y retratando al ave en fotografías gracias a potentes teleobjetivos. “Ha sido todo un ‘boom'”, describe, dado el carácter inusual de este ejemplar.
