Gastronomía

El menú navideño más riojano

Que igual la suegra se ‘descuelga’ en Nochebuena con una cazuela de zarzuela porque se la ha visto hacer a Arguiñano y le ha parecido una idea fantástica. En ese caso, a callar. Que igual llega el yerno y decide que tras varias navidades ya en familia pues este año tiene la confianza suficiente para preparar sus famosos aperitivos que se prueban casi por obligación, y que por novedosos no acaban de triunfar. “Donde esté el jamón bueno que se quite todo lo demás”, descolgará alguien como si nada, tampoco sin ánimo de ofender, solo por marcar dónde está el listón. En este caso, también toca callar y comer sin rechistar.

Que si a uno le ha tocado en la cesta de Navidad del trabajo un producto que le han dicho que es una maravilla y “qué mejor que abrirlo esta noche”, lo mismo: comer y callar. Ahora bien, que no se le ocurra al cuñado de turno salir por la tangente para afirmar que el menú riojano por excelencia es el que un amigo le ha contado en el trabajo y que él recuerda que comía de pequeño porque sus abuelas eran grandes cocineras y hacían siempre el menú más riojano. Entonces se discute un poco, siempre y cuando este cuñado no afirme que lo ha leído en NueveCuatroUno.

A saber por dónde sale el debate en esta nueva edición de la cena más familiar del año. Pero no se podrá colar aquello de cenar lentejas, a no ser que el cuñado sea italiano y entonces haya que escucharle porque quizás está vez si tenga algo interesante que aportar. Tampoco se puede colar el asunto del pavo, una cosa muy yanqui que se va incorporando a la Navidad aunque con más pena que gloria porque para semejante animal los hornos europeos no parecen del todo adaptados. Lo del marisco está bien, pero riojano, lo que se dice riojano, tampoco es mucho. No hay pesca de bajura por el Ebro previa a la Nochebuena. Aquí somos más de leche o de pasto, de caldos bien hechos, de cuartos traseros o de raspa fina para una cena tan especial.

Nos gustaría en NueveCuatroUno saber qué menú navideño recordáis porque es el que habitualmente se prepara para juntarse con los abuelos, los padres, los hermanos, los cuñados, y toda la primada que sea capaz de apretarse como se pueda en el salón de casa de la familia anfitriona. Haznos llegar tu menú navideño más riojano en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881. Quizás los menús de hoy en día no se parecen en mucho a los que se preparaban allá por los ochenta y los noventa… o sí. Estamos convencidos, y nos alegramos por ello, de que ahora este asunto se comparte y no se trata de que una bendita abuela o madre o ambas a la vez se encarguen de todo para una cena tan especial y para tanta gente. Pero seguro que existe ese menú navideño de nuestra vida, y estamos convencidos de que además de nostálgico será muy riojano. Quizás entre todos los lectores podamos dar con el menú navideño más riojano.

Algunas pistas

Fuentes consultadas por La Rioja a la Mesa a expertos en la materia, a personas que protagonizan la gastronomía local, creen tener pistas precisas para dar con el que sería un menú muy riojano, en el que se podrán incorporar otras recetas que a buen seguro tienen una presencia central durante la noche del 24 al 25, cuando todos, en familia, celebramos un año que haya sido bueno, regular o malo nos ha traído de vuelta a casa, todos juntos otra vez… Y ahí sigue el cuñado, aplicado como pocos con los langostinos.

Unas cuántas llamadas después, tenemos claro que en el menú navideño más riojano tiene que haber un consomé. Ese caldo reparador, que calentaba el cuerpo y que ponían las abuelas al fuego nada más levantarse el día de Nochebuena para que fuera haciendo poco a poco. Hay quien recordará, incluso, cómo la abuela colaba a través de una tela ese maravilloso brebaje para dejarlo limpio y perfecto para dar la bienvenida a toda la familia. Si hay consomé no habrá sopa de pescado, otra receta para las fiestas señaladas, y Nochebuena y Navidad lo son.

En este menú riojano no puede faltar el cardo con bechamel y almendras. Ya comienzan a aparecer por los mercados de La Rioja esta planta que a simple vista es salvaje y ruda, pero que una vez pelada, limpia, cocida y apañada es una de las joyas de la Navidad. Dos consejos, el cardo con bechamel y almendras puede impedir seguir disfrutando del resto del menú, así que raciones muy medidas para no declinar el resto de platos. Y otro consejo, dale un beso grande a quien se haya currado limpiar el cardo para luego cocerlo. Se lo ha ganado. La Navidad en La Rioja, sin duda, sabe a cardo con bechamel y almendras.

Sabe también a bacalao a la riojana. Somos tierra de grandes bacaladas colgadas en los altillos de las casas, que duraban todo el invierno en salazón porque antaño el mar quedaba realmente lejos de aquí. Ahora tener bacalao fresco es realmente sencillo, pero el bacalao desalado adecuadamente le da un toque el asunto que muchos no parecen estar dispuestos a dejar a un lado en favor del bacalao fresco. Bacalao a la riojana como plato de pescado, con ese punto elevado de aceite de oliva virgen extra, sin tanta salsa de tomate como se ve últimamente por ahí, y con un toque justo de picante que pone el pan con forma de barco surcando el interior del plato. Antaño las familias hacían un esfuerzo económico por ser unas fechas tan señaladas. Y el bacalao quedaba para otro día. En Nochebuena tocaba besugo. Por ahí lo hemos visto a unos 75 euros el kilo. El bacalao a la riojana está muy bueno.

La casa anfitriona de la familia riojana huela a cordero al horno, o en su defecto a cochinillo. Tierra de corderitos de leche que son la envidia más allá de nuestras fronteras. Conservemos el corderito como un producto de obligado cumplimiento en este menú riojano. Lo bueno, que si llegamos con el cinturón ya suelto se puede guardar para el día de Navidad. Cordero, cochinillo y que cada uno elija para qué tiene esa noche el cuerpo. Lo bueno, que el horno trabaja solo. Se pone en marcha tres o cuatro horas antes de iniciar la cena y no requiere de mucho más cuidado.

Consomé, sopa de pescado, cardo, bacalao, besugo, cordero, cochinillo… marcha bien la cena navideña más riojana. Cuidado con las croquetas y los pimientos rellenos. Seguro que alguien prepara para ayudar a llenar la mesa. Hay que probar de todo, pero con mesura. Escarola para acompañar la grasa del cordero, la botella de cava, el buen vino de Rioja, y para los postres, seguro que estarán presentes los mazapanes de Soto, algo muy de aquí, los turrones, las frutas escarchadas… y por supuesto la macedonia de frutas con un toque de anís o de Cointreau que ponen al abuelo a bailar, aunque antes sacará las uvas pasas que han formado siempre parte de sus noches navideñas con toda la familia.

Haznos llegar tu menú navideño más riojano en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881.

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