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Camisetas con propósito: la aventura de Pablo y Nagore

Un par de cervezas nunca dieron para tanto. Hace meses una terraza en Calahorra era escenario de una de esas conversaciones en las que se habla más de las ilusiones que de las realidades. Pablo, “de Calahorra desde que nació”, y Nagore, casi calagurritana de adopción, empezaron a elucubrar sobre la posibilidad de crear su propia marca de ropa.

La idea se quedó ahí aparcada hasta que Nagore decidió que era ese el camino por el que quería que su vida transitase. Hace menos de una semana que esa conversación casi olvidada se hizo realidad: Benhui es una línea, de momento de camisetas y sudaderas, con ADN calagurritano.

Todo comenzó en pandemia. Nagore había estudiado Administración y Dirección de Empresas pero “me aburría como una ostra” y entonces empezó un grado superior de Patronaje y Moda. “Llegó la pandemia y me puse a coser marcarillas para donarlas a la residencia en la que trabajaba mi madre”. Ahí vio una oportunidad de negocio y creó la marca ‘Benhui’. “Fue alucinante porque me compraban mascarillas desde los lugares más insospechados, tenía clientes hasta en Bélgica”.

Con el fin de la pandemia llegó la conversación en Calahorra y después de olvidarla durante un tiempo, hace unos meses Nagore volvió a recordárselo a Pablo. “Cuenta conmigo para lo que necesites”, le dijo el calagurritano, y así comenzó esta odisea que ha dado sus primeros frutos estas semanas.

“Empezamos a mirar proveedores, queríamos empezar bien desde el principio”. Por eso encontraron uno cerca de casa con materiales que les convencían. “Es algodón realizado con materiales veganos, queríamos que la marca tuviese un punto de sostenibilidad y calidad y que se fabricase en un lugar donde fuesen respetados los derechos de los trabajadores”.

Entonces empezó el momento del diseño. De momento cada camiseta y sudadera tiene un mensaje. Los tres están conectados. ‘Alimenta el cerebro’, ‘Nacer para ser salvaje nacer para ser libre’ y el más riojano de todos: ‘Menos guerra y más vino’. “Queríamos mandar en nuestra ropa mensajes importantes, hacer las cosas bien, no vender por vender”.

De momento, mientras siguen con sus trabajos fuera de la moda, todo los amigos echan una mano. Que hace falta un fotógrafo, hay un amigo dispuesto; que hacen falta modelos para la primera sesión de fotos, los tienen a raudales.

Así, estos dos jóvenes van dando puntadas en su pasión por la moda. “Estamos alucinando, en sólo una semana ya hay camisetas que están agotadas, estamos emocionados con todo lo bueno que nos está pasando”.

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