Agricultura

La remolacha ‘engorda’ en La Rioja: más hectáreas y mejores precios

Algo está ocurriendo en La Rioja con la remolacha. Las hectáreas de tierra dedicadas a este cultivo están creciendo desde hace un par de años después de décadas de caída y ya superan las 800 (en 1994 llegó a haber 4.088 hectáreas, generando 238.157 toneladas). De hecho, de 2022 a 2023 La Rioja ha pasado de tener sembradas 639 a 836, un incremento motivado por ese encarecimiento del producto que deja una mayor retribución en los cultivadores. Jaime Urbina es uno de los productores que se dedica en la actualidad a la remolacha, siendo esta la principal región proveedora de la fábrica de Azucarera de Miranda de Ebro, y ratifica esa subida del precio y, por ende, una subida de la rentabilidad.

Este año ha sembrado unas 66 hectáreas repartidas entre Hervías, San Torcuato y Cidamón, casi un 30 por ciento más de tierra que la que dedicó el año pasado a este cultivo. “Hemos pasado de unos precios que rondaban los 38 euros la tonelada en 2020 y ahora se está pagando a unos 72 euros, con las subvenciones incluidas que estas suelen ser de unos 12 euros por tonelada teniendo en cuenta que las ayudas públicas también han bajado respecto a otros años. Es decir, casi se ha duplicado, pero porque el precio del azúcar en el mercado internacional casi se ha triplicado porque no había suficiente remolacha dado que muchos países han dejado de sembrarla sumado a la guerra en Ucrania y la inflación. Hemos pasado de tener una tonelada de azúcar que se no llegaba a los 400 euros en la campaña 2021 a ahora superar los mil euros”, explica este agricultor ya veterano en este tubérculo.

También ha habido productores que este año se han subido al carro de la remolacha estrenándose en el cultivo ante este escenario de precios atractivos. Buenas sensaciones que se contraponen con la preocupación que está dejando en el campo la poca riqueza con la que llegan el producto a los almacenes. La campaña de recolección ya ha comenzado en la región y lo que están percibiendo los agricultores es una pérdida en el grado de riqueza que mide la cantidad de azúcar, es decir, la producción y, por tanto, lo que marca el precio. En este caso, para alcanzar ese precio de 72 euros por tonelada, debe tener una riqueza de 16 grados.

“Nos hemos llevado una auténtica desilusión porque nos esperábamos otra cosa. Las muestras realizadas en precampaña ya indicaban que la riqueza no iba a ser tan alta como otros años cuando hemos llegado a rondar los 17, pero no pensábamos que sería tan baja. Es más, creo que esta va a ser la campaña con menos riqueza de los últimos 20 años”, lamenta Urbina, quien asegura que se está analizando el producto para encontrar las causas que están provocando una media de 15,7 grados en la zona.

Por otro lado, la incidencia de enfermedades como la cercospora se ha incrementado a partir del mes de septiembre, provocando una rápida proliferación del hongo en muchas fincas y mermando así los rendimientos. Difícil de controlar una vez aparece en las hojas, las actuaciones que se realizan son mayormente preventivas porque no hay tratamiento alguno para erradicarla. “En mayor o menor medida, todos los agricultores hemos sufrido la cercospora, que puede llegar a dejar pérdidas de rendimientos del 40 por ciento. Hay variedades que la aguantan mejor que otras y bien es cierto que los campos de ensayo que se están desarrollando están ayudando mucho de la mano de Azucarera y ARAG-ASAJA porque así nos aconsejan qué semillas y productos usar”, explica.

A pesar de ello, Urbina remarca que “la remolacha está viviendo uno de sus mejores momentos”, aunque alejados de aquella época de más bonanza que se vivió en los años 90, “cuando los precios eran bastante buenos pero los costes eran mucho más bajos que los de ahora”. Circunstancias que hicieron que en 1998, por ejemplo, se llegaran a sembrar más de un millar de hectáreas.

En el plano nacional las hectáreas dedicadas a la remolacha también se han multiplicado, pero de igual forma también se alude a esa merma en la riqueza de azúcar, con una media de 15,5 grados en la escala de medición de este cultivo. Así lo apunta el presidente de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria (ACOR) de Valladolid, Jesús Posadas. Una situación motivada, explica, por el “ataque del hongo cercospora que va a hacer que el agricultor no tenga la producción media por hectárea, en azúcar, que se esperaba antes de la campaña”.

Marcada por las lluvias, la recolección en esta cooperativa referente en la producción de remolacha a nivel nacional ha sido tarea complicada, aunque el agua también ha sido bien recibida con la vista puesta en la campaña de la siembra y en la recuperación de embalses y acuíferos. En este sentido, el nuevo Plan Estratégico para el sector cooperativista está previsto que se implante el próximo año, con el cual se busca la digitalización para lograr un sector más ágil y eficiente y que se adapte mejor a los cambios económicos en el ámbito europeo y nacional.

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