Sucesos

Acude borracho a retirar el coche que le habían confiscado por conducir borracho

Alcohol y conducción es un binomio que, por lo que sea, últimamente no marida bien en Calahorra. Si hace apenas diez días relatábamos en estas líneas la surrealista cogorza de un cántabro en la capital riojabajeña, el último informe de la Policía Local arroja otro episodio digno de una comedia de Azcona.

Los hechos ocurrieron el pasado miércoles, cuando los agentes interceptaron en la calle Padre José Aguirre a un conductor que “desprendía un fuerte olor a alcohol y presentaba claros síntomas de haber ingerido bebidas alcohólica”, motivo por el que se le requirió a soplar el alcoholímetro.

El resultado confirmó las sospechas policiales: 1,41 miligramos por litro (es decir, quintuplicaba la tasa máxima permitida) y positivo en benzodiacepinas y anfetaminas, motivo por el que se le incautó el vehículo y se le recetó la pertinente multa, dejándolo en libertad.

El girito de la historia llegó al día siguiente, de buena mañana. Poco antes de las ocho, este vecino de Calahorra se personó en dependencias de la Policía Local con un único objetivo: recuperar su vehículo. El caso es que los agentes percibieron en el individuo un olor sospechosamente familiar al del día anterior.

Antes de devolverle el coche, le hicieron soplar de nuevo y ¡bingo! El alcoholímetro marcó 0,98 mg/l, una tasa cuatro veces superior a la permitida, motivo por el que no se le permitió recuperar su vehículo.

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