De entre las decisiones del nuevo Gobierno riojano que más revuelo han generado desde el relevo al frente del Palacete, quizás sea la externalización de servicios sanitarios la que más ruido ha acaparado. A partir del 1 de enero, el Ejecutivo regional derivará a la sanidad privada algo más de dos mil intervenciones quirúrgicas para aliviar unas listas de espera que alcanzan los cuatro meses de demora antes de pasar por el quirófano.
Pero mientras eso sucede, el Servicio Riojano de Salud (SERIS) ha implementado un plan de choque con ese mismo propósito, doblando turnos en quirófanos con su apertura algunas tardes de la semana. De este modo, en lo que va de mes la sanidad pública ha incrementado su actividad un 31 por ciento, interviniendo de forma extraordinaria a 880 pacientes.
Así lo ha detallado este viernes el gerente del SERIS, Jesús Álvarez, en declaraciones a la Cadena SER, donde ha justificado esta intensificación de la actividad quirúrgica en lo que va de mes: “Nos encontramos con una demora media de 123 días, con 375 pacientes con más de 300 días de espera y un total de 9.449 para ser operados”.
Tras pisar el acelerador en lo que va de octubre, Álvarez señala que la demora quirúrgica se ha reducido a 112 días, con 318 personas que esperan más de 300 días a pasar por el quirófano.
Aunque las cifras demuestran que el ‘acelerón’ con medios públicos permite aliviar las listas de espera, el gerente del SERIS ve necesario apoyarse en los medios privados para seguir rebajando la demora porque el sistema “está al máximo; no podemos operar más”. “La Rioja es la única comunidad que no utiliza los medios externos, lo que ha hecho que se dispare la demora media, junto con la decisión de suspender el plan de choque el 6 de junio”, indica Álvarez, que fija el objetivo de la sanidad pública riojana en “volver a 40-50 días de demora media”, algo que “no se va a lograr en un año”.
Álvarez explica que el Servicio Riojano de Salud tiene en estos momentos “una bolsa de más de cuatro mil pacientes pendientes de ser operados con respecto a hace cuatro años”. “Y cada mes que dejamos de derivar pacientes fuera del sistema, empeora la cifra”, advierte. Aun así, elude la ‘elección’ entre medios privados o medios públicos para rebajar las listas de espera: “Todo es sistema público, todo es sanidad pública porque, al final, todo se paga con los impuestos de los riojanos”.
