Gastronomía

El chef de los mil restaurantes

Alberto Toribio no sueña con tener su restaurante: lo suyo consiste en cocinar casi en cualquier parte

FOTO: Fernando Díaz

“Para qué tener un único restaurante cuando puedes tener muchos al mismo tiempo”. Es una afirmación rotunda la que hace Alberto Toribio. Le sale del alma, porque es la esencia de su idea gastronómica. Hoy, aquí; mañana, allí; siempre en distintos sitios para acercarse a los clientes y llevarles lo que mejor sabe hacer que es cocinar.

Alberto Toribio es de los pocos chefs que no sueña con tener un restaurante. Sabe que puede disfrutar de miles de restaurantes al mismo tiempo. Porque ha cocinado en muchos sitios. “En lugares muy pequeños en unas condiciones complicadas, y también en espacios increíbles con las mejores vistas posibles”. Lo suyo es pura imaginación aunque todo se basa en la precisión. “Montamos un restaurante donde no hay nada”, indica este chef que comenzó en este mundo a los 15 años para poco a poco ir encontrando su espacio.

Delicious Gastronomía es el proyecto de Alberto y Pilar. En avenida de la Solidaridad tienen un centro logístico con una amplia cocina que les permite diariamente preparar ricos platos para aquellas personas que se pasan por su tienda para retirar cualquier tipo de precocinado, con el sabor de la cocina de hogar. Tras este escenario de la cocina más cercana surge un mundo creativo inesperado.

Fernando Díaz/Riojapress

En una enorme pared blanca, las correcciones sobre unos cuantos garabatos indican la exigencia que los responsables de este proyecto se fijan a la hora de crear menús adecuados para acudir a los lugares en donde reclaman sus servicios. “Sí, hemos cocinado en muchas de las bodegas de nuestro entorno”. Recupera en este punto Alberto el hilo que habíamos dejado pendiente sobre el hecho diferencial de montar una cocina “donde no hay nada”. “Es un handicap que superamos con mucha organización”, indica el chef.

Porque en un restaurante fijo, los profesionales saben que cada día van a tener todo lo necesario para hacer su trabajo. Que nada cambia, solo para mejorar. “En un restaurante al uso, la sal está siempre en su sitio, sabes dónde están los cuchillos o qué productos te hacen falta reponer para el siguiente servicio”. Pero en su caso, el asunto de cocinar se complica, y pone un ejemplo. “Vamos, por decir un sitio, a Pradoluengo a hacer el menú de una boda. En medio del monte. Si nos dejamos la sal estamos muertos”. Esto le añade presión al ya de por si exigente protocolo de cocinado.

“Con el paso del tiempo nos hemos acostumbrado y nuestros más cercanos alucinan con lo organizados que somos”. Pilar, parte esencial para el proyecto Delicious Gastronomía, asegura que “al principio meterse en la cama era un sufrimiento porque nos desvelábamos en mitad de la noche para apuntar cualquier cosa que se nos pudiera olvidar”. Ahora, dice Pilar, “estamos acostumbrados y nos hemos convertido poco a poco en una máquina bien organizada que nos permite cocinar en cualquier parte y en cualquier lugar”.

Fernando Díaz/Riojapress

Es la cara oculta de este proyecto de los mil restaurantes en uno, donde todo se basa en una perfecta organización para hacer la mejor cocina y dar el mejor servicio. Así es la cocina nómada de esta pareja siempre en movimiento. No se imaginan su vida de otra manera. “En un restaurante de doce mesas, como mucho le puedes dar un vuelta a cada servicio. Por tanto serían 24 mesas. Nosotros damos comidas de tres personas, muy exclusivas, en el lugar que deseen, y luego, como este pasado fin de semana, hemos dado de comer a 1.500 personas. Esto es lo que nos gusta”. Es el manifiesto de la cocina nómada de Alberto y Pilar. “Poder dar a tres personas y también 1.500, y encima poderles dar bien de comer”, remarca Pilar.

Y un día son ellos dos, mano a mano, los que cocinan y sirven para tres personas, y al día siguiente “somos un equipo de 35 personas para dar el servicio a esas 1.500 comensales”. Es más, reconoce que “ahora mismo estar mañana y tarde, un día tras otro, dando comidas y cenas en el mismo sitio y en el mismo espacio, sinceramente, ya no nos vemos”. Y no es una cuestión de trabajar menos. “Al final llevamos desde San Mateo con un ritmo de trabajo tremendo, metiendo muchas horas”, pero es que “no nos vemos todo el año haciendo turnos de comida y cena”. Es su forma de tener esa necesaria sensación de libertad también en el trabajo, que se convierte en un estilo de vida.

“Es tan importante lo que cocinamos como el servicio que damos en sala”, una cocina y una sala efímeras que debe ajustar a las muy diversas condiciones y condicionantes que se pueden encontrar en medio del monte, en una bodega, en la plaza de un pueblo, en un caserón… “Los dos últimos años la clave ha sido el trabajo de Pili en la sala. Porque de nada sirve cocinar con el mejor producto, con mucha imaginación y con sabores fantásticos si luego en sala el asunto no funciona”, así es como reconoce Alberto el trabajo de su compañera.

Empezaron en 2015 y no sonaba el teléfono. Pero en todos estos años han logrado cambiar la mentalidad de lo que era y es un catering. “Antes se entendía nuestro trabajo como una solución rápida para un evento concreto”. ¿Qué significa esto? Lo explica Alberto: “Que la gente cuando le presentabas algo lo que se esperaba era prácticamente una merendola con un precio realmente ajustado”. Pero poco a poco, con mucho esfuerzo, con muchos eventos, a través del boca oreja, acumulando éxitos, incrementando el nivel, años después la cocina de autor de Alberto Toribio llega a los lugares más recónditos de la región.

Riojapress/Fernando Díaz

Se atreven con cualquier tipo de evento. Banquetes de boda, bautizos, comuniones, ‘coffee break’, desayunos, menús tradicionales, cócteles, celebraciones de empresas o particulares… Nada se les pone por delante con la intención genuina de rozar la excelencia en momentos que se convierten en únicos para el cliente, su familia, sus amigos y todos sus invitados. Se adaptan en todo momento a los gustos y necesidades de sus clientes, adaptando sus menús a sus exigencias. Con una cocina tradicional con toques personales, cuentan con la opción de adaptar los menús a vegetarianos, veganos, diabéticos, hipertensos y celíacos.

Y es que su amplia gama de servicios consigue convertir los eventos en únicos e inolvidables: food trucks, carpas, mobiliario, cualquier tipo de instalación, ceremonia civil, grupos musicales, DJ, photo call, candy bar, etc… Disponen de toda la maquinaria necesaria para ofrecer los mejores servicios en cualquier lugar. Montar un restaurante con la calidad de una cocina profesional en cualquier entorno: huertos, fincas, bajeras, sociedades… Es así como llevan la alta cocina a cualquier rincón, porque Delicious no es un restaurante, son muchos más.

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