La Rioja

“Los delitos sexuales e intrafamiliares están aumentando”

Durante años ha estado en el Juzgado de Violencia de Género, Luis Miguel Rodríguez Fernández es desde 2020 Juez de Menores en La Rioja. Recién sacados del horno, los datos del INE de menores detenidos en 2022 asegura que, en La Rioja, el aumento de delitos entre los menores no es preocupante.

Un total de 119 condenados, 94 hombres y 25 mujeres, 99 españoles y 20 nacidos fuera de España y 66 reincidentes. Esos son los datos de los menores que han pasado por el Juzgado de Menores en la comunidad por diferentes delitos; cinco de ellos, delitos sexuales.

– 119 condenados menores de edad en La Rioja.

– Hay que tener en cuenta que a los mejores no se les condena, se les hace responsables de los delitos cometidos, en una cuestión jurídica pero me parece importante recalcarla. Al menor no se le condena como a un adulto. El aumento de los delitos en menores es evidente, estamos por encima de antes de la pandemia pero creo que en La Rioja no es preocupante. En La Rioja no estamos en niveles altos. Los datos son de 2022 y en 2023 volverán a subir, casi con toda seguridad.

– El estudio separaba los delitos sexuales del resto. ¿Estos también han aumentado?

– Sí, estamos viendo más delitos de esa índole. En el último año vimos cinco. Yo llegué al juzgado poco antes de la pandemia y entonces teníamos datos del año anterior y las cosas están cambiando mucho en cuanto a la cantidad de delitos y a la tipología de los mismos. Cada vez hay más delitos y cada vez son más graves. Sigue habiendo mucho delito de hurto en grande superficies y los que más están aumentando son los delitos de violencia filio-parental y agresiones sexuales.

– ¿Más delitos o más concienciación a la hora de denunciar?

– Hay mas concienciación a la hora de denunciar y hay más delitos. Además hay que tener en cuenta que lo que antes era un abuso ahora está en una única categoría que se considera agresión.

– ¿Qué tipo de chavales llegan hasta el Juzgado de Menores?

– Llegan todo tipo de menores. Es verdad que todos ellos vienen con su mochila personal que suele llevar muchos ingredientes: consumo de drogas, trastornos psicológicos y problemas familiares. Todo eso influye en su comportamiento y su actividad delictiva. Muchos llegan con problemas familiares pero no son los únicos.

– Casi un 80 por ciento de chicos frente a las chicas.

– Sí, pero en eso también estamos cambiando. Hace unos años los expedientes abiertos a chicas eran totalmente anecdóticos y ahora estamos por encima del 20 por ciento y sigue creciendo.

FOTO: Raquel Manzanares/EFE.

– Impresiona que algunos de ellos sean tan jóvenes.

– Puede parecerlo pero también tiene una parte positiva. Cuanto más jóvenes son, la intervención socioeducativa tiene más eficacia. Hay muchas más posibilidades de que la persona se reconduzca cuando se interviene a esas edades. La diferencia que se nota entre un chaval infractor con 15 años a los que tienen 17 o están a punto de cumplir los 18 es enorme. Cuando rozan la mayoría de edad las intervenciones son mucho más complicadas.

– Hay en muchos casos que son reincidentes.

– Normalmente los primeros delitos que cometen no son importantes y los fiscales los llevan a través de la mediación. Tiene un lado positivo que es que los metes en el mundo judicial lo más tarde posible pero también tiene uno negativo que es que se retrasa el momento de la intervención.

– ¿Con estos chavales qué se hace?

– Hay varios tipos de medidas, hay algunas que están más enfocadas a las restricciones de libertad como los internamientos o las libertades vigiladas y hay otras como tareas socioeducativas o trabajos comunitarios. Tanto en unas como en otras se llevan a cabo además diferentes programas con los chavales a través de diferentes entidades.

– ¿El Juzgado de Menores intenta dar una segunda oportunidad a estos chavales?

– Podríamos decir que el Juzgado de Menores es a la Justicia lo que la medicina preventiva a la Medicina. Nuestra labor es evitar que se conviertan en delincuentes. Hay chavales que vienen con muchas carencias. Algunos de ellos es la primera vez que ven un psicólogo, por ejemplo.

– Todos tenemos en mente el Juez de Menores de Granada por sus sentencias. ¿Aquí también se dictan ese tipo de sentencias?

– La diferencia es que yo pongo que hay que llevar a cabo tareas socioeducativas y creo que es la entidad la que mejor puede decidir cuáles son; y él concreta la medida dentro de la sentencia. Pero todos los juzgados de menores funcionamos igual.

– ¿Se nota cambio en los chavales después de pasar por los juzgados de menores?

– Se nota muchísimo. Está claro que hay casos de chavales que siguen delinquiendo pero muchos de ellos después de pasar por el centro de menores salen a la calle y llevan una vida totalmente normal. Sólo les hacía falta que les pusiesen unos límites y que trabajasen con ellos determinados problemas que tenían.

– Decía que le preocupaba también el incremento de delitos filioparentales

– Sí. Además, en muchas ocasiones, nos llegan casos extremos, los padres ya no pueden más y hay que tomar decisiones de aislamiento y de trabajar con los chavales pero también con los padres para que cuando salgan la convivencia sea la adecuada en la familia.

– ¿Se nota diferencia entre el ámbito rural y el de las ciudades riojanas?

– No se no nota tanto entre lo rural y lo urbano como entre las zonas. Haro y Calahorra tienen mucha más incidencia en delitos de menores que por ejemplo Logroño teniendo en cuenta su población. En el ámbito rural hay menos, principalmente porque los problemas con los chavales se solucionan con el juez de paz, el alcalde o los propios vecinos.

– ¿Preocupa este incremento de casos?

– A nivel riojano no. Me preocupan los delitos sexuales no tanto por la cantidad sino porque evidencian un problema serio que tenemos como sociedad, cosas que parecía que teníamos que haber solucionado ya. La capacidad del juzgado tampoco me preocupa, sí un poco más por el volumen de gente que hay en el centro de menores, que ya no da para mucho más. no creo que en la calle notemos inseguridad con respecto a los menores: no tenemos bandas ni violencia callejera.

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