Con cuatro metros de altura y sujeta a un mástil de diez metros de altura antivandálico, la bandera de España comenzó a ondear junto al Monumento al Labrador de Logroño el pasado 14 de julio, una semana antes de que se produjera en la capital riojana una reunión informal de Justicia y Asuntos de Interior, dentro de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea.
La duda era si permanecería en ese lugar o, una vez pasada la cumbre europea de ministros, se volvería a retirar. “Sin ninguna duda, seguirá”, afirmaba el alcalde Conrado Escobar ante la incertidumbre, “con mayor motivo cuando en octubre tenemos los actos nacionales de la Guardia Civil”, que se han celebrado durante los pasados días.
Y entre acto y acto, mantenimiento. La primera retirada de la bandera para llevar a cabo labores de refuerzo fue el pasado 10 de septiembre con el objetivo de mejorar su seguridad frente a ráfagas fuertes de viento. Los trabajos afectaron a la base y al mástil y la principal actuación fue la instalación de una zapata nueva más resistente con el objeto de dotar de más seguridad a este elemento.
Y este martes se ha vuelto a retirar para llevar a cabo la revisión del sistema de izado, arriado y de sujeción. La bandera se ha arriado a primera hora de la mañana y a la hora de comer, todos los logroñeses que ha pasado por el Monumento al Labrador ya han visto cómo la rojigualda volvía a ondear.
