Gastronomía

La cocina derriba las barreras de la discapacidad en Logroño

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Pilar Mazo.- El crítico gastronómico y chef invidente Jonatan Armengol considera que “la tecnología ha mejorado muchísimo la gastronomía inclusiva”, en particular en el campo de la deficiencia visual, pero “todavía hay barreras que romper”.

Así lo ha detallado en una entrevista con EFE dentro del I Congreso de Gastronomía Inclusiva, que se celebra este fin de semana en la capital riojana, con una treintena de ponentes de toda España, que representan la filosofía de la integración en su actividad diaria.

Armengol, quien tiene varios proyectos en redes sociales y es uno de los participantes de la mesa redonda ‘La gastronomía en las redes sociales al alcance de tod@s’ en el Congreso, ha subrayado que, en la gastronomía, “cuando eres una minoría, la mayoría tiene que aprender a adaptarse” a la primera.

Sin embargo, ha asegurado que “la tecnología ha mejorado muchísimo la inclusión, en particular, la de las personas ciegas o con deficiencia visual”. Se ha pasado de “la carta (en los restaurantes) en braille -sistema de lectura de las personas invidentes- a los códigos QR, que permiten el acceso a la información por internet” y que, si está bien subida, ha precisado, “se puede leer, gracias también a la tecnología móvil y sus aplicaciones”.

Además, el avance de la tecnología no solo permite a un invidente leer una carta en un restaurante, sino incluso interactuar, ha indicado Armengol.

El sentido común es importante

Al margen del avance que ha supuesto la tecnología en el ámbito de la inclusión, este crítico y chef invidente ha resaltado “la importancia que tiene el sentido común” y la sensibilidad del personal de la restauración hacia un persona invidente, entre los que se genera una comunicación interpersonal a la hora de sentarse en una mesa en un restaurante.

“Quizá, en otras discapacidades, como lo referente a la movilidad reducida y el acceso en sillas de ruedas -ha opinado- todavía nos queda mucho más por hacer” en cuanto a la preparación de los locales en la hostelería y la restauración. En alta gastronomía, también cree que hay otra barrera por superar y que requiere de avances, por ejemplo, en la formación a la hora de plantear una cocina a ciegas más sofisticada y creativa.

De cara al exterior, la inclusión grastronómica depende del país, ha afirmado Armengol, quien, por su experiencia, ha explicado que en países como Estados Unidos y Francia la gastronomía es “bastante inclusiva y sencilla, pero en otros como Turquía u otros similares, es más difícil”.

En su opinión, “la inclusión (en la gastronomía) tiene mucho más que ver con la aceptación de la discapacidad y, en el caso, por ejemplo, de las personas invidentes, del perro guía, que con la accesibilidad como tal”.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

A este respecto, ha considerado que “el mayor reto está en la normalización, que nos veamos todos (las personas) como iguales, tratemos a una persona discapacitada como una persona normal y lo único que hagamos sea sensibilizarnos con nuestra ayuda para que esa persona se sienta totalmente incluida, pero simplemente eso”. Es cuestión de “tener buena voluntad”.

Etiquetar en braille

En el ámbito de la alimentación, también es “muy importante que se etiquete en braille”, ha subrayado y ha lamentado que las personas invidentes “todavía tenemos que meter el dedo en un paquete de sal o azúcar para saber lo que es”.

Esta es otra de las barreras que queda por superar, ya que, “excepto algún hipermercado, cuya marca blanca contiene el etiquetaje en barille, la mayoría no lo tienen” y, para ello, se necesita regulación normativa, ha asegurado. Lo mismo ocurre en el caso de la domótica, que si es inclusiva, permite a una persona invidente poder manejar, por ejemplo, una cafetera, una placa de inducción o una lavadora, desde una aplicación móvil preparada a estos efectos, ha afirmado.

A diferencia de la gastronomía inclusiva en la hostelería y restauración, en la doméstica, ha advertido, es “donde es importante que nuestros políticos aprieten con las leyes para hacer que (la cocina inclusiva) no sea una opción, sino una obligación, porque ir a un restaurante es facultativo, pero comer todos los días es imprescindible”.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Sobre sus proyectos, ha precisado que actualmente está inmerso en su programa Comer a Ciegas en radio Intereconomía, que dirige desde hace más de 20 años, y en el canal de YouTube ElCaminoDelFuego, que él presenta, además de sus cuentas en redes sociales.
En su trabajo profesional, ha expresado su “objetivo de ser lo más autoinclusivo y normalizar la discapacidad lo más posible para que la gente no vea a las futuras generaciones como bichos raros”.

Este Congreso está organizado por la Asociación Riojana Cocinar a Ciegas, del chef invidente Angel Palacios; el Gobierno de La Rioja y la empresa gastronómica integradora Rustic Experience Andaludía, con su escuela de cocina inclusiva El Golimbreo, liderado por el chef invidente Juan Manuel Medina.

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