La Rioja

Cuidar a los que cuidan, objetivo del Día Mundial del Alzheimer

Se calcula que en España 1,2 millones de personas sufren alzheimer pero esa enfermedad afecta a muchas más, porque todo el entorno de los enfermos se ve afectado, en especial sus cuidadores directos, para los que es necesario tener una estrategia específica de cuidados, para que ellos no sufran otros problemas físicos.

Así lo ha detallado a EFE, con motivo del Día Mundial del Alzheimer, Aurelio López-Barajas, que es el director de la escuela de formación sociosanitaria “Supercuidadores”, de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), una entidad que se ha especializado en formar a quienes cuidan a personas dependientes.

Las cifras de enfermos de Alzheimer “evidencian que es una enfermedad con un gran impacto social y económico para las familias y para todo el país” con lo que “es evidente que es necesaria una estrategia de cuidados y servicios específica”.

“Cuando el alzheimer llega a una familia hay que ser consciente de que va a ser necesario mucho esfuerzo, amor y dedicación, y es necesario saber gestionar la propia salud mental, el estrés y el cansancio de quienes están cerca del enfermo”, detalla López-Barajas.

Lo primero, explica, es “informarse bien de la enfermedad y sus etapas, para saber qué esperar en cada momento, tras las primera etapas de la enfermedad” y “conocer los recursos que hay disponibles para los enfermos desde las diferentes administraciones”.

Luego entran en juego cuestiones como “establecer una rutina diaria que de seguridad a paciente” y “estimular su memoria, su lenguaje y su razonamiento con ejercicios adecuados” porque “una persona con esta enfermedad pierde unas capacidades, pero conserva otras y es importante ejercitar esas para que su deterioro llegue lo más tarde posible o no llegue”.

Un consejo que aportan a los cuidadores, desde su escuela, es “evitar discutir con los enfermos” y “siempre tener un contacto con ellos que les transmita afecto y comprensión”.

“Además hay que cuidar el entorno físico del paciente, haciéndolo seguro y familiar, evitar ruidos que puedan confundirle” y “usar cosas sencillas, como el colocar un calendario y un reloj a la vista para que se puedan orientar”.

López-Barajas ha abogado por “respetar la autonomía del paciente siempre que sea posible, ayudarle solo en lo necesario, no hacerle todo” y “además reconocer sus logros y capacidades” y “evitar compararle con otros”.

Todo esto son consejos para tratar de forma directa a los enfermos de alzheimer que aporta el responsable de la escuela Supercuidadores, pero más allá de eso su trabajo se centra en aportar herramientas a quienes están con estos pacientes “porque ellos van a necesitar apoyo de otras personas, de tipo emocional y físico” y “lo pueden encontrar en la familia, pero también en asociaciones”.

“Para los cuidadores es vital no aislarse y no sentirse culpables”, ha recalcado López-Barajas, que ha incidido en que “existen grupos de apoyo a los que es importante ir”.

Todo, en definitiva, con la idea de que “el cuidador de estos enfermos también tiene que cuidarse a sí mismo y se tiene que comportar como un profesional, con descanso, ejercicio, dedicándose tiempo a sí mismo y sin olvidarse de sí mismo” porque “si un cuidador cae enfermo le hace un flaco favor a la persona con alzheimer”, concluye López-Barajas.

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