Agricultura

La reivindicación del campo riojano: “Vamos a comer piedras”

Foto: EFE/ Raquel Manzanares

Miles de personas han acudido este domingo al Concurso Agrícola de La Rioja, que ha cumplido su edición 54, marcada por la crisis del sector, un tema común de conversación entre los productores que han expuesto sus productos, llegados de ocho municipios riojanos.

El Concurso Agrícola de La Rioja es una de las principales tradiciones previas a San Mateo en Logroño y por ello miles de personas acuden a él, en esta ocasión en el Espolón, para ver y comprar hortalizas de todo tipo, frutas, verduras y otros productos, muchos de ellos de “exposición”, cuidadosamente seleccionados por sus productores.

Por eso la jornada tiene un carácter festivo, de apoyo a estos agricultores, muchos de ellos con pequeñas empresas.
Un apoyo especial en un momento en el que la sequía, la ola de calor y los costes de producción, además de los bajos precios, ponen en riesgo esta actividad, han coincidido varios de ellos.

Foto: EFE/ Raquel Manzanares

En el certamen, organizado por la Fundación Caja Rioja, cuenta con el patrocinio de CaixaBank y la colaboración del Ayuntamiento de Logroño y del Gobierno de La Rioja, han participado agricultores de Varea, Agoncillo, Albelda, Alfaro, Arrúbal, Calahorra, Lardero y Préjano. Entre los participantes se han repartidos diferentes premios, con una cantidad económica y una escultura creada por la artista riojana Celia Martínez.

“Vamos a comer piedras”

Ángel Martínez es uno de los veteranos en este concurso, con sus productos de huerta de Arrúbal, y es uno de los que ha admitido su desilusión porque “el sector de la agricultura convencional está destrozado, maltratado y abandonado, es una vergüenza” y “como nadie quiere ir al campo, vamos a tener que comer piedras”, ha explicado a EFE.

El sector de agricultura ecológica, en el que él también es productor “es el que va en alza, por cultura, por educación, por mirar al futuro” y porque “hay más conciencia de que el producto tiene que valer más porque invertimos más y producimos menos”. Insiste, en cambio, que “en lo demás no hay nada que hacer porque hay mucho trabajo, está mal pagado y siempre hay que estar pendiente del cielo”.

Foto: EFE/ Raquel Manzanares

Juan Carlos Atienza, de Alfaro, es uno de los que participan desde hace años solo en productos ecológicos porque cree que “este es el futuro de la agricultura” y “en el futuro o los productos serán de este tipo o no serán”, considera.

No obstante, ha lamentado, “aunque España sea una de las principales productoras de agricultura ecológica se consume muy poco, casi todo va a la exportación” y “en nuestro caso, una empresa pequeña sobrevive a base de hacer ferias, servir a domicilio o trabajar con restaurantes, entre otras cosas”.

“En general, la agricultura está en muy mal estado y para que sea rentable hay que intentar saltarte a la cadena de reparto, para que el beneficio sea directo para ti” en un momento “muy complejo también por las temperaturas, porque aunque haya ciclos de malos y buenos años, ahora los climas son más extremos”.

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