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Vino, fiestas y fútbol en una tarde de verano en Barbastro

Logroño es a Rioja lo que Barbastro es a Somontano. El Ebro es a la capital riojana lo que el río Vera a la localidad oscense. Y los héroes de San Bernabé son para los logroñeses lo que suponen los mártires de Barbastro para los vecinos de esta localidad que debuta esta temporada en Segunda Federación gracias al ascenso de la Unión Deportiva Barbastro que suma en toda su historia tan solo dos temporadas en Segunda B.

Así que ante un tercera de toda la vida debuta como visitante (sábado, 18:30 horas en Aragón Deporte TV en directo) la Unión Deportiva Logroñés que comparte, como Rioja y Somontano, el Ebro y el Vera o los héroes de San Bernabé y los mártires de Barbastro, categoría aunque con una dimensión muy diferente. Algo de treinta bodegas configuran esta denominación de origen oscense por las algo más de seiscientas que operan en Rioja; el Ebro es el río más caudaloso de España y a su lado el Vera parece un arroyo, y entre la UD Logroñés y la UD Barbastro existe una gran diferencia que quedará totalmente reducida en cuanto ambos equipos se vean las caras sobre el terreno de juego (recién plantado) del Municipal oscense.

Así es el fútbol. Experiencia que ya ha vivido la UD Logroñés en sus propias carnes, cuando en Segunda, sabiéndose muy inferior institucionalmente a los Espanyol, Almería, Sporting, Tenerife o Las Palmas, viajaba a competir de tú a tú ante estos grandes clubes. El fútbol tiene la virtud de reunir en un mismo espacio a clubes entre los que existe una enorme distancia pero que quedan reducidas a la nada cuando se trata de meter una pelota en una portería.

A buen seguro, el transcurso de las jornadas pondrá, como le ocurriera a la UD Logroñés en Segunda, a cada equipo en su sitio. El Barbastro firmaría ahora mismo la permanencia mientras que los riojanos no se conformarían con nada que no fuera el ascenso directo a Primera Federación. Pero en un partido, y más cuando se trata del primero (debuta como local el Barbastro ante su afición), la energía, la ilusión o el empuje pasan a ser elementos que iguala el partido a favor del debutante.

Para el Barbastro es una enorme ilusión verse en esta competición. Para la UD Logroñés, una cuestión de supervivencia salir cuanto antes de ella. La gestión de estos estados de ánimo a la hora de afrontar la competición resultan determinantes durante los noventa minutos, sin pasar por alto que Barbastro y sus vecinos se encuentran inmersos en sus fiestas patronales, y su equipo se quiere sumar a los actos con un triunfo ante el gran favorito para el ascenso.

Ahora bien, si algo aprendió la UD Logroñés en su paso por la Segunda División es que la diferencias finalmente acaban por aparecer, y éstas son definitivas para decantar la balanza hacia el lado del que tiene mejor equipo. Pero la Segunda Federación tiene su complicación. La uniformidad de estadios en el fútbol profesional ha provocado que las famosas encerronas sean un asunto del pasado. Que es precisamente hacia donde está viajando la UD Logroñés, hacia una Segunda Federación que tiene más que ver con el viejo fútbol que con el nuevo y luminoso que desean implantar los ejecutivos y los jugadores de los equipos más top.

Habrá encerronas durante esta temporada. Campos pequeños, como Gobela; campos en mal estado, cuando llegue el invierno; días de perro, como el viento que sopla en Aragón; o equipos perfectamente adaptados a sus campos como el Gernika, el Brea, el Arenas, el Izarra… Es en lo que está trabajando Diego Martínez. Quiere que su UD Logroñés sea versátil, sepa adaptarse a Las Gaunas pero también a todos esos otros lugares que visitará, como Barbastro, que ha cambiado un viejo césped de hierba artificial por uno nuevo de hierba natural, lo que mejorará la vistosidad del espectáculo, y del que espera salir con tres puntos más en su casillero la UD Logroñés. Porque el título puede recaer en el equipo que más puntos logre sumar en estos espacios tan diversos.

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