El Rioja

Bodegas Familiares cumple su amenaza: “Ha sido una decisión dura”

Eduardo Hernáiz, Ana Jiménez y Juan Carlos Sancha | FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Las aguas vuelven a bajar revueltas en Rioja. Cuándo no. La Asociación de Bodegas Familiares (ABF) ha comunicado este miércoles a la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR) y al Consejo Regulador su abandono de las mesas de gestión de la Denominación de Origen Calificada (DOCa), tal y como adelantó NueveCuatroUno el pasado 25 de agosto. Una decisión adoptada en la asamblea de la entidad, ha explicado el presidente Eduardo Hernaiz, que ha sido “difícil” y “dura” de tomar por todo lo que ello conlleva, pese a que no supone su salida de la denominación.

¿Qué supone entonces la decisión de Bodegas Familiares? En la práctica, se trata de un gesto simbólico para evidenciar que no están de acuerdo con la gestión del Rioja. Con un cuatro por ciento de peso en el Pleno del Consejo Regulador (ocho votos de doscientos), sus apoyos no resultan decisivos (se necesitan 150) y su ausencia supondrá una abstención en los próximos encuentros hasta que el Consejo Regulador opte por repartir su porcentaje entre el resto de asociaciones bodegueras.

La situación también ha sido comunicada a los gobiernos de La Rioja, País Vasco y Navarra, así como al Ministerio de Agricultura como administración tutelante. “Somos Rioja, y vamos a seguir siéndolo porque tenemos todas nuestras inversiones en esta tierra y porque seguimos creyendo en ella y en su potencial para hacer grandes vinos, pero no podemos continuar formando parte de un sistema de gestión en el que se toman decisiones en contra de nuestros intereses”.

La principal crítica de la asociación, más allá de las discrepancias sobre el rumbo del sector, se centra en la representatividad actual. “Por un sistema puramente economicista, basado en el volumen de comercialización de vinos, que, además de injusto, perjudica claramente a la pequeña y mediana bodega -agrupa a 216-“.

Bodegas Familiares cumple así el ultimátum que lanzó en 2021 al anunciar que, si no había cambios estatutarios para mejorar la representación de la pequeña y mediana bodega en 2023, abandonaría las mesas de gestión de la DOCa. Pasado el plazo, pese a que la OIPVR suscribió el pasado mes de junio el compromiso de trabajar en su revisión -la renovación no se producirá hasta dentro de dos años-, han cumplido su amenaza. “Llegados a este punto lo único que hemos conseguido son promesas y ningún tipo de concreción”, ha detallado la gerente Ana Jiménez.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

La respuesta del sector no se ha hecho esperar. En un contundente comunicado secundado por todas las asociaciones que integran la OIPVR* -salvo la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA)-, estas han “condenado enérgicamente” la decisión anunciada, alegando ahora el desacuerdo con su estrategia. “Sorprende que se alegue ese motivo cuando esta organización ha liderado y presidido la Comisión que elaboró y aprobó el actual Plan Estratégico 2020-2025 y ha participado con su apoyo votando favorablemente los acuerdos más relevantes, como las normas de campaña del último año y la última ampliación de masa vegetal del año 2016”.

En este sentido, las organizaciones han advertido que el sector está por encima de cualquier interés particular. “Venga de donde venga”, han enfatizado, lamentando que dicha asociación “anteponga” sus intereses a los del conjunto del sector. “La verdadera razón que subyace en este abandono es que todavía no se han modificado los estatutos de la Organización Interprofesional en la forma tal y como les conviene”, han añadido en su comunicado, recordando que tanto en su aprobación inicial como en su modificación de 2014, los estatutos de la DOCa obtuvieron el voto favorable de ABF y un consenso altísimo.

“Tras una negociación en la que participaron todas las asociaciones de productores, cooperativas y bodegas de Rioja. Por lo tanto, su revisión también requiere de un proceso serio, sereno y de amplio debate para alcanzar un nivel de consenso equivalente”, han proseguido, poniendo el acento en que, “a sabiendas del año que ocasiones a la DOCa”, se tome esta decisión. Por todo ello, han invitado a la asociación a que reflexione sobre su actitud y regrese a los órganos de gobierno, así como a la mesa de negociación, para ser parte del proceso de revisión de los estatutos con el fin de alcanzar el mayor consenso posible.

“Un sentimiento de pena”

El vicepresidente de Bodegas Familiares y uno de los vocales más antiguos de la DOCa (veinticinco años), Juan Carlos Sancha, ha transmitido un sentimiento de “pena” por la situación. “Me voy a ir como vocal dejando muchos amigos, la mayoría de los que están en la mesa, y no nos vamos por animadversiones ni malestar con los compañeros sino porque no estamos de acuerdo con el modelo de negocio”, ha señalado, aunque también ha enumerado decisiones que sí se han hecho bien en los últimos años como la aprobación de variedades minoritarias o las figuras de calidad.

Juan Carlos Sancha | FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Sancha ha criticado que el crecimiento “desmesurado” en hectáreas de viñedo (28.000 desde 1985) mientras que los “competidores internacionales” las han mantenido. “Ahora hablan del Brexit, el COVID y la guerra de Ucrania, pero antes ya teníamos problemas porque hay un desequilibrio”, ha apuntado, destacando que se ha fomentado una “viticultura estándar” y “un modelo vitícola de productividad” frente a una verdadera apuesta por la calidad. “El modelo actual vitivinícola se ha llevado por delante muchas viñas centenarias y pequeños viticultores que hoy en día tienen problemas hasta para arrendar sus viñas”.

En este sentido, la asociación apuesta y defiende “otra” Rioja, con el foco en una viticultura sostenible y en la elaboración de vinos artesanales de calidad. “Estamos convencidos de que la situación actual de Rioja, de sus bodegas y viticultores, sería muy distinta si la política seguida en los últimos años se hubiera preocupado más de proteger el valor de las uvas, de los vinos y del territorio que de producir más cantidad de uvas y vino hasta llevar a Rioja a la situación actual, con una de las mayores crisis de excedentes de su historia enviando vinos a la destilación”.

“Pese a que llevamos desde 2017 produciendo claramente más uva de la que somos capaces de vender, las grandes compañías seguían pidiendo nuevas plantaciones hasta hace muy poco”, ha criticado también Hernáiz. “El modelo histórico del reparto social del viñedo y de la riqueza se está quebrando en favor de compañías industriales, a las que les siguen saliendo las cuentas entre otras cosas porque venden vinos de numerosas procedencias, no sólo Rioja, además de licores y espirituosos”.

“Preferimos inmolarnos”

A este respecto, el vicepresidente Juan Carlos Sancha ha lanzado un importante vaticinio. “Ahora todos nos rasgamos las vestiduras porque hay un exceso de vino de 150 millones de litros y, a pesar de la vendimia en verde y la destilación, este año habrá otra vez exceso de producción. Son parches para un problema estructural”, ha afirmado, adelantando que Rioja, “sin querer ser agorero”, tendrá que acabar arrancando viñas.

Asumiendo las críticas por parte del sector, Sancha está convencido de que la decisión servirá para mejorar a la DOCa. “Lo que hoy hacemos no es bueno para nuestra asociación y saldrá perjudicada de esta decisión -tomada por dos veces en asamblea-, y también hará daño al Consejo Regulador, pero referimos inmolarnos para que haya un cambio significativo y potente”.

Bodegas Familiares de Rioja ha explicado que el precio medio de un litro de vino de Rioja era de 4,37 euros en 2023 y que a finales de 2022 era de 5,13 euros. “Es decir, en dos décadas, ha tenido una revalorización del 17,8 por ciento, frente a una inflación que en ese mismo periodo ha sido del 51,8 por ciento, prácticamente el triple. Sin embargo, antes del modelo interprofesional, mientras el precio medio del litro en 1990 era de 2,15 euros alcanzó los 4,25 euros en el año 2002, esto es, un crecimiento del 102 por ciento, frente a una inflación del 65 por ciento”.

“A nuestro juicio, el modelo interprofesional ha tenido un claro efecto sobre el volumen de vino producido, pero no sobre el valor, lo que perjudica claramente el modelo de negocio de nuestros representados y, de hecho, entre nuestros asociados más jóvenes hemos detectado un absoluto desapego con la DOCa por cuanto no se sienten atraídos, ni mucho menos identificados, por este modelo de gestión”, han añadido desde ABF, rechazando las entrada de uvas en las bodegas de Rioja cuyo destino acaba siendo vino de mesa. “Para nosotros es triste recordar cómo los debates de las normas de vendimia en estos últimos años se han centrado más en discutir el margen de entrada a bodega de la uva excedentaria que en los rendimientos destinados a vino de Rioja”.

Por ello, la asociación rechaza la proliferación en la zona de producción de Rioja de bodegas destinadas a vino de mesa. “Indudablemente están vinculadas a bodegas de la Denominación porque terminan siendo el sumidero de los excedentes de Rioja, generando una grave competencia desleal. Asimismo, abogamos por la paralización indefinida de las nuevas plantaciones de viñedo y defendemos que las replantaciones de viñas se realicen en suelos que permitan desarrollar una viticultura de calidad, frente a la situación actual en la que existen muchos viñedos plantados en zonas productivas y de poca aptitud vitícola de calidad.

“A consecuencia de estas políticas lo que tenemos hoy en la DOCa Rioja son graves excedentes de vino y viñedos en suelos donde nunca se deberían de haberse plantado con un modelo que a medio plazo aboca al cierre de pequeñas y medianas bodegas y a la desaparición de explotaciones familiares de viticultores por falta de rentabilidad y por una excesiva y abrumadora burocracia, un problema que para el Consejo Regulador no existe pero que se ha convertido en una grave amenaza de supervivencia para nuestros representados”, han concluido.

“Espero un acuerdo”

El presidente del Consejo Regulador y de la OIPVR, Fernando Ezquerro, ha lamentado este miércoles la salida de la Asociación de Bodegas Familiares de las mesas de gobierno de ambos órganos y ha reiterado su compromiso en alcanzar un acuerdo para tratar de reconducir esta salida.

Fernando Ezquerro, junto a José Luis Lapuente (director general de la DOCa Rioja) | FOTO: EFE/Raquel Manzanares

Ezquerro ha detallado que el pasado 29 de junio se abordaron en sesión plenaria de la Interprofesional las peticiones de algunas asociaciones de revisión del sistema de representación recogido en sus estatutos. En esa reunión, ha indicado, se suscribió el compromiso de trabajar en, al menos, tres objetivos:

1.- La búsqueda de un modelo de representatividad que se aproxime todo lo posible a la facturación económica real de los operadores, en el cual se tendrán en cuenta también factores de carácter social.
2.- Permitir pasar al censo del sector productor a aquellos titulares que, estando en el censo del sector comercial, no realizan embotellados.
3.- Buscar un sistema más eficaz para evitar la doble representatividad entre sectores.

Por ello, desde la Presidencia del Consejo Regulador y de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja, ha dicho, “no se entiende la salida por parte de esta asociación de los órganos de gestión y representación de la Denominación -que no de la Denominación en sí misma- en tanto en cuanto se encuentra en el proceso de revisión de estatutos que esta misma asociación había solicitado”.

“La revisión de algo tan elemental y sustancial como son los estatutos de la OIPVR, que representa tanto y a tantos, no se puede llevar a cabo de manera precipitada. Es algo que requiere de tiempo, diálogo y, sin duda, voluntad de colaborar y de alcanzar un acuerdo”, ha indicado.

Según el presidente, “el sector del vino atraviesa una situación complicada y es momento de unir fuerzas y buscar soluciones conjuntas, que nos ayuden a salir adelante y fortalezcan nuestra posición de mercado”. En este sentido, ha explicado que ” el compromiso de revisión de la normativa interna sigue vigente, y seguiremos trabajando por el futuro de Rioja y su excelencia”.

*El comunicado lo suscriben la Asociación de Bodegas por la Calidad (ABC), Asociación Profesional ARAEX, Cooperativas de Rioja Alavesa (DOLARE), Federación de Cooperativas Agrarias de La Rioja (FECOAR), Grupo de Empresas Vinícolas de Rioja (Grupo Rioja), UAGA, UAGN, UAGR; Unión de Cooperativas de Navarra y las organizaciones agrarias ARAG-Asaja, UAGA, UAGNm UAGR y UPA.

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