La Rioja, junto a buena parte del resto de España, vivió la semana pasada una ola de calor con los registros de temperaturas más altos de todo el año. Días de intenso calor y noches de bochorno absoluto, de norte a sur y de este a oeste. Las temperaturas elevaron los termómetros hasta niveles antes desconocidos en la región y Logroño batió su récord histórico con los 43,3 grados registrados el jueves 24 de agosto. Una temperatura difícil de olvidar.
Las consecuencias de los calores extremos para la salud son evidentes y así lo confirman los datos del Instituto de Salud Carlos III. Según estos datos, doce riojanos perdieron la vida por motivos relacionados con el calor durante esos días.
Los días con mayor número de fallecimientos coincidieron con los días de más calor en los municipios riojanos, el 23 y 24 de agosto, con tres fallecimientos estimados en cada una de las jornadas.
En todo el mes de agosto han sido, según el organismo dependiente del Gobierno, 21 las personas que han fallecido en La Rioja a causa de las altas temperaturas. Cuatro además lo hicieron en julio y una persona falleció por estos motivos en junio.
Los golpes de calor son los más temidos en el momento que se registran temperaturas extremas como las vividas en la pasada semana, pero no son sólo éstos los que provocan fallecimientos. El calor achicharrante, de manera indirecta, puede descompensar a personas con patologías cardiovasculares, respiratorias o renales y comprometer su estado de salud.
