La Rioja

El último tratante de Ventosa: “Ya no te puedes fiar del trato a mano”

Javier ha mamado el mundo del trato desde que era pequeño. Tenía once o doce años cuando ya acompañaba a su padre en sus vacaciones en la compraventa de cerdos. Un par de días antes de que se celebre el Mercado del Trato en Ventosa es el único tratante que queda en el municipio y posiblemente el último, porque como él mismo cuenta “mi hijo no seguirá el negocio, así que aquí termina la historia”.

Mucho han cambiado las cosas desde que empezó a ser profesional en el mundo del trato. “Empecé a trabajar en la administración después de terminar de estudiar. Había pedido una prórroga para hacer la mili, terminé haciéndola y a los 19 años ya estaba en el negocio”.

Las cantidades de cerdos que compra y vende, las formas de hacer los negocios, los camiones con los que los trasladan de un sitio a otro… Todo ha cambiado sobremanera. “No tiene nada que ver, ahora movemos una cantidad enorme de ganado, con lo que movía entonces mi padre ahora mismo no podría vivir. Para vender los 900 cerdos que llevo ahora mismo en el camión te tenías que recorrer durante cuatro o cinco días un montón de pueblos, hoy lo voy a hacer en cuestión de horas”, dice mientras hace una parada en su camino hacia Mercolleida, el mercado de referencia de toda Europa. A cambio la burocracia es mucho mayor que entonces.

Ahora todo se hace al por mayor, no se ‘pelean’ tanto las ventas como entonces, queda algo del trato de la mano pero ya no te puedes fiar de cualquiera porque las cantidades que se mueven son mucho mayores. Todo está más profesionalizado. Recuerda que “antes las granjas en las que se vendía se fiaban de los precios que les dabas, el negocio era o pillar al vendedor comprándole con los cerdos de forma barata o pillar al comprador vendiéndoselos mas caros. Ibas pueblo por pueblo, granja por granja, sólo por tu entorno, ahora igual vendemos y compramos en España que en Holanda”.

“Era un asunto de pillería, un mundo de listos. Ahora cualquiera tiene internet y la gente sabe el precio diario de los cerdos. Te llegan los precios al bolsillo, en el móvil”.  Y por eso “hay que jugar más con comprar cuando sabes que luego los precios van a subir o al revés”. Además la gente se fiaba. “Podías hacer un trato con alguien que no habías visto en tu vida y la gente se fiaba, ahora eso es casi imposible”.

Está seguro de que será el último tratante de Ventosa. “Mi hijo ya no quiere seguir con el negocio y esto es algo que tienes que haberlo mamado y además gustarte”.

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