El astro

Sombra, abanico y mucha agua, únicos remedios contra el calor para transitar por La Rioja

Únicos remedios contra el calor para transitar por La Rioja

FOTO: EFE/Fernando Díaz.

Rebeca Palacios

Sombra, abanicos, gorros y mucha agua son los únicos remedios posibles de los pocos ciudadanos que se han atrevido este jueves a salir a la calle en La Rioja, donde esta activada la alerta de nivel rojo por temperaturas que podrían alcanzar los 42 grados.

Si no hay obligación de salir a la calle, la solución es fácil: ventilador, aire acondicionado y persianas bajadas, el problema es para los trabajadores que deben cumplir sus tareas a pleno sol, en dependencias sin refrigeración, como las cocinas de los bares, o los peregrinos que recorren el Camino de Santiago.

De las cuatro olas de calor registradas este verano en España, esta es la primera con incidencia en La Rioja, donde los termómetros han superado los 40 grados en la última semana.

Los peregrinos coreanos que vistan Logroño se refrescan en la fuente del albergue logroñés para poder sobrellevar las altas temperaturas provocadas por la ola de calor que afecta a La Rioja. EFE/Fernando Díaz

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en La Rioja ha confirmado que este miércoles, 23 de agosto, una temperatura máxima de 41,7 grados en Agoncillo, la segunda más alta en la serie histórica 1949-2022, solo superada por los 42,8 grados del 7 de julio de 1982.

En la localidad riojana de Alfaro llevan dos noche tórridas seguidas, con mínimas por encima de los 25 grados, mientras que en otros muchos municipios las temperaturas no han bajado de los 20, con la previsión de que mañana los termómetros se desplomen unos 10 grados con la llegada de la borrasca Betty.

Adelantar las tareas

Turistas, repartidores, camareros y peregrinos han explicado a EFE cómo se las ingenian para soportar el intenso calor y continuar con sus tareas, que optan por adelantar a primera hora del día.

En el centro de Logroño, Fabio comienza a montar la terraza del bar Bretón con cierta “envidia” hacia sus compañeros de la acera de enfrente, donde hay sombra y no se suda tanto.

“Estos días ha bajado mucho la clientela, por las tardes no hay nadie y, por la noche, algún extranjero que visita la ciudad”, ha explicado.

Mayela afronta su jornada laboral en la cocina del bar Torrecilla en la calle Laurel “con prudencia”, después de haber sufrido dos golpes de calor este verano, ya que no tiene aire acondicionado entre los fogones.

Mientras descarga bombonas de gas, Bryan reconoce que su trabajo es “más duro aún” estos días, por lo que ha optado por concentrar su jornada laboral de 6 a 13 horas, cuando el calor es “más soportable”.

El trasiego de repartidores es constante en el entorno de la calle Portales y la plaza San Agustín, donde Eva descarga varias cajas de vino para el bar Fax, en su último pedido de la mañana, porque estos días “es mejor madrugar”.

Óscar Pascual, operario de los servicios de limpieza de Logroño, trabaja durante la ola de calor que azota La Rioja . EFE/Fernando Díaz

Sombra y mucha agua

Los jardineros también buscan la sombra mientras cortan el césped junto a la plaza de las Escuelas Trevijano y se refrescan en la fuente para aliviarse del calor, al igual que Óscar, un operario de la limpieza que realiza las labores más pesadas a primera hora de la mañana.

Ataviados con gorro y paraguas, los turistas cántabros César y Emilia recorren la ciudad desde primera hora del día, añorando las frescas temperaturas de su Cabezón de la Sal, pero organizan sus visitas a primera hora y después descansan en su hotel, con aire acondicionado.

En un grupo organizado, los alicantinos Pedro y Agripina sudan la gota gorda en la plaza del Mercado, porque ayer ya les tocó pasarlo mal en Bilbao, aunque sostienen que este calor no es igual al de su tierra y se alivian con agua y abanico.

En el albergue municipal de la calle Ruavieja, en el corazón del Casco Antiguo, un grupo de peregrinos coreanos, griegos y neerlandeses se refrescan con los pie a remojo bajo la sombra de los toldos mientras esperan que abran las instalaciones.

Desde Florida (Estados Unidos), Gerardo y su esposa Carolina, junto a su amigo Kevin, recorren el Camino de Santiago con intención de acabar la ruta a finales de septiembre.

En las últimas jornadas, han explicado que han comenzado a caminar antes de las 5 de la mañana y, durante el recorrido, toman mucha agua y se apuran para finalizar la etapa antes de mediodía.

Fernanado Saéz, heladero artesanal, prepara los helado para soportar las altas temperaturas provocadas por la ola de calor que afecta a La Rioja. EFE/Fernando Díaz

Pero este calor también permite a algunos “hacer el agosto”, como al heladero Fernando Sáenz, cuyo establecimiento Dellasera ha aumentado estos días la venta de los sabores “más frescos”, como mandarina japonesa, el limón murciano, el sorbete de frambuesas con vinagre de Haro y todos los cítricos.

Sin embargo, ha reconocido que durante las horas críticas del día, de 16 a 20 horas, no pasa ni un alma por la calle Portales, pero la clientela se anima por la tarde noche.

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