La Rioja

Una caza testimonial: la media veda comienza con “perspectivas malísimas”

Algún conejo, alguna codorniz incluso,… pero todo testimonial. Más de 8.000 cazadores riojanos se han echado este martes al campo desde primerísima hora de la mañana con la apertura de la media veda, que ha dejado unas primeras sensaciones poco optimistas ante el escaso número de ejemplares que se han podido ver. La campaña estará abierta hasta el jueves 7 de septiembre para todas las especies autorizadas, excepto la paloma, para la que se iniciará su periodo hábil el domingo 20 de agosto, y el conejo, cuyo cierre se realizará el domingo 24 de septiembre.

Los días habilitados serán los martes, jueves, sábados, domingos y festivos de carácter nacional o autonómico comprendidos entre ese periodo. Cabe recordar que las especies cuya caza se autoriza en este periodo son codorniz, paloma torcaz, conejo, urraca, corneja negra, estornino pinto y zorro. Se fija, además, un cupo máximo de capturas por cazador y día de 15 codornices. El resto de animales se mantienen sin cupo.

Desde la Federación Riojana de Caza, su presidente, Eduardo Cornejo, reconoce que “las perspectivas son malísimas” para esta temporada de media veda, sobre todo, porque “la presencia de la codorniz es testimonial”. Si bien es cierto que la entrada de esta especie fue buena, las condiciones para su reproducción han sido malas dada la meteorología. Las altas temperaturas, las prolongadas olas de calor y el adelanto de la actividad agraria, debido a las condiciones climáticas, han provocado que “no haya criado aquí” y, por tanto, que su presencia sea escasa.

Por otro lado, la temporada para la paloma sí se espera que sea buena, aunque se ha retrasado la apertura de caza para esta especie al 20 de agosto. En cuanto a la población de conejo, que en años anteriores ha preocupado por su alta densidad y los daños en la agricultura que estaba provocando, para esta temporada “está controlada y no nos consta que se estén produciendo problemas”. Aun así, los cazadores “tenemos un papel esencial para controlar su población y evitar futuros daños en la agricultura”.

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