El porqué se lo dejamos a cada cual, pero los riojanos que viven en pareja fuman menos y aseguran tener un mejor estado de salud. A partir de ahí, quienes tengan dinero que le den gracias a Dios, que cantaba la coplilla ye de Cristina y Los Stop. A esa conclusión ha llegado el portal de citas ‘SugarDaters’, tras analizar los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE.
Según los mismos, el 81,7 por ciento de los riojanos encuestados que viven en pareja declaran contar con un estado de salud ‘muy bueno’ o ‘ bueno’. En el caso de las personas que no viven en pareja, esta cifra se rebaja al 75,4 por ciento. Además, las respuestas con un estado de salud ‘malo’ o ‘regular’ es también inferior entre las personas que sí viven en pareja.
A pesar de que la vida en pareja puede tener sus tiranteces, cuenta también con numerosas ventajas. La más importante tal vez sea la reducción del riesgo de exclusión social, ya que solo por el mero hecho de vivir en pareja nos exponemos a un contacto más frecuente con otras personas. Esto tiene un impacto directo en la percepción que tenemos sobre nuestro propio estado de salud.
Pero es que, además, vivir en pareja estimula la creación de hábitos saludables. Según los datos analizados por la página de citas, las personas que viven en pareja consumen diariamente más fruta y más verdura. Compartir la vida supone compartir conocimientos sobre una alimentación saludable, y cuando vivimos en pareja nos esforzamos por comer mejor.
Fumar no es un placer
El 19,6 por ciento de los riojanos que viven en pareja reconoce fumar al menos una vez a la semana. En el caso de las personas que no viven en pareja, esta cifra es del 27,1 por cient. Por tanto, los que sí conviven fuman menos.
Además, el 74,2 por ciento de las personas que viven en pareja aseguran no fumar ‘nunca’, cifra que en las personas que no viven en pareja es del 68,6 por ciento. Es decir, el porcentaje de personas que no fuman es mayor entre las personas que sí conviven.
Hay personas que no soportan no ya solo el humo del tabaco, sino el desagradable sabor de un beso nicotinado y tóxico. ‘Fumar’ es una línea roja para muchas personas en busca de pareja, pues no quieren meter en su casa las sustancias químicas y los problemas de salud propios del tabaco.
Se trata, de nuevo, de una de las cuestiones elementales de salud que adoptamos cuando compartimos techo con nuestra pareja. ‘No fumar’ es en muchos hogares una prohibición sagrada, e incluso las visitas fumadoras tienen que salir a la terraza para no perjudicar a los que se encuentran en el interior.
No sucede lo mismo con el consumo de alcohol que, al ser una costumbre socialmente más aceptada que el tabaco, no hay una tendencia clara entre los que viven en pareja y los que no.
Los que no conviven hacen más deporte
Hemos visto que los riojanos que viven en pareja sienten que tienen una mejor salud, que tienden a adquirir hábitos de vida más saludables y que fuman menos.
Sin embargo, hay una cuestión en la que los que no conviven superan a los que sí. Se trata de la práctica deportiva: el 39 por ciento de los riojanos que no viven en pareja hace deporte todos o casi todos los días. Por el contrario, el 37,3 por ciento de los que sí conviven lo practican a diario.
Y es que la práctica deportiva no influye directamente en los hábitos saludables de una convivencia y sus espacios compartidos.
La práctica deportiva es, en muchos casos, la antesala al flirteo, la conversación y la posterior relación. Nos gusta estar guapos y guapas para cuando ese momento llegue, que nos vean apetecibles y nos consideren para iniciar la senda de un amor casual o duradero.
Lo dicen las cifras y se comenta en los gimnasios, que suelen experimentar incrementos de socios en los meses previos a la temporada veraniega: una esbeltez bonita y un abdomen reluciente interesan a los emparejados, pero más todavía a los desemparejados en busca de su media naranja (o su media mandarina, según corresponda).
