El cartel taurino de este próximo San Mateo es bueno. Vaya eso por delante y dicho con la boca grande. Y no solo porque programar una feria peor que las de temporadas pasadas era misión imposible y tampoco por las pocas expectativas que, en forma de rumores, empezaban a escucharse. La feria matea de este 2023 es una muy notable combinación de toros y toreros. Al César lo que es del César. Ahora bien, tampoco es perfecta.
Y no es perfecta porque es demasiado escueta. Porque cuatro festejos mayores para Logroño saben a poco. Y es menos aún si, de entre esos cuatro festejos, uno es de rejones. Un veinticinco por ciento de ‘caballitos’ es excesivo. Y lo es más aún cuando los actuantes no son los mejores rejoneadores del momento. Como siempre, falta Diego Ventura; veinticinco años de alternativa, un cuarto de siglo ausente en Logroño. ¡Manda hocicos!
Quedándonos con lo positivo, hay que decir que ésta será la penúltima actuación de Pablo Hermoso de Mendoza en ‘La Ribera’. En cambio, apetece mucho ver a Guillermo, que viene de triunfar con rotundidad en las ferias más importantes de la temporada. Echándole paisanaje de forma generosa, habrá que alegrarse de volver a ver por Logroño a Sergio Domínguez.
Será el domingo y también es muy de agradecer que el día del cohete, tan festivo y embriagador para no pocos logroñeses, no haya toros. El esfuerzo que hace la empresa llevando el grueso de la feria a jornadas laborales para quienes no son de Logroño es digno de elogio y agradecimiento.
También es maravilloso que se nos convoque a una novillada de promoción la tarde del lunes. Más maravilloso aún es que ese cartel sea cien por cien riojano. ¡Qué orgullo! ¡Qué mérito! ¡Y qué alegría! Un diez para empresa y Federación Taurina de La Rioja, que parece haber movido los hilos para hacer realidad tal acontecimiento. De asistencia obligatoria para todo aficionado. Alberto Donaire, Aarón Navas y Patricia Sacristán, con erales de Álvaro y Pablo Lumbreras. ¡Qué bien suena! ¡Suerte a todos!
Si les digo la verdad, tengo confianza e ilusión en los toros de Juan Pedro Domecq esta vez. A lo largo de la temporada, Juan Pedro ha lidiado toros muy importantes y ha dado muy buenas tardes de toros. En Madrid, Alicante y Burgos. Igual que antes, al César, lo suyo. La terna es inmejorable. El cartel de los carteles. Morante de la Puebla, ‘El Juli’ y Diego Urdiales. Las mejores tauromaquias de los últimos veinticinco años en activo en un mismo cartel. Gracia, poder y arte. Insuperable.
Por fin ha desaparecido aquel ‘sota, caballo y rey’ ganadero, que, por Logroño, era ‘Cuvillo, Zalduendo y Garcigrande’. Increíble. ¡Brindemos por ello! Los toros de Olga Jiménez y García Jiménez, propiedad de la casa ‘Matilla’, suelen aunar motor, pies, casta y bravura. Cuando salen buenos, claro. Hierros habituales en Sevilla, donde tantas importantes tardes de toros han propiciado. Sin ir más lejos, el pasado abril, Emilio de Justo desorejó un toro de la divisa de Olga Jiménez premiado con la vuelta al ruedo. Segunda tarde de Urdiales que, a estas alturas de la película, sabe a gloria ver su nombre en el cartel tras el atropello de Bilbao; Talavante, bien es cierto que lleva tiempo sin estar en su mejor momento; y Roca Rey, máxima figura del toreo en la actualidad. Otro cartelazo. Se mire por donde se mire.
Llegan los toros de ‘La Palmosilla’ a Logroño. Otra ganadería en un gran momento. Tan premiada en Pamplona: mejor ganadería en 2022 y el toro más bravo en los ‘sanfermines’ de 2019. Un lujo dentro del abono logroñés. Baja un tanto la terna, máxime para ser el día de San Mateo. Emilio de Justo sigue renqueante de su percance hace más de un año en Madrid y da muestras de secuelas y cierta incapacidad vestido de luces. Importante es la presencia de Daniel Luque, una de las sensaciones de la temporada presente y las recientemente finalizadas, y Valadez, que es apoderado por la empresa.
Ocho toreros se anuncian en Logroño y creo que nadie echa de menos a ningún otro. A mí me hubiera gustado mucho ver a Juan Ortega. Qué sé yo, Ortega por De Justo o Talavante. Pero, en realidad, no falta nadie: ¿Manzanares? ¿Cayetano? ¿Ferrera? ¿Perera? ¿Castella? No, gracias. Quizás la falta de toreros sea ya un mal estructural de la Fiesta mucho mayor del que nos imaginamos.
Falta, eso sí, una ganadería de acento torista. Más que nada por no dejar a las claras que, en Logroño, el torismo hace ya que pasó a mejor vida. Pero es que es la realidad, para qué nos vamos a engañar.
Lo dicho, esta es la mejor feria de San Mateo de los últimos años. Que Dios reparta suerte.
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