Soy madre trabajadora riojana, nacida y criada, y tengo un niño de dos años y medio y otro que viene en camino. Quiero destacar la amplia oferta de actividades veraniegas que hay para los niños mayores, las cuales siempre comienzan en los 4 y 6 años, incluso alguna, en los 9 años.
Son aquellos niños que disfrutan de autonomía, comienzo de madurez e iniciativa individual para usar todas las instalaciones de las piscinas públicas, por citar un ejemplo.
En mi caso, no puedo apuntar a mi hijo a ninguna actividad de verano: no puede participar en ludotecas, ni puede acceder a las instalaciones acuáticas o deportivas de las instalaciones públicas. Es en estas edades cuando más supervisión y entretenimiento necesitan por parte de los profesionales del gremio y, paradójicamente, son los más abandonados por las instituciones.
Incluso las actividades propuestas en la agenda de la Biblioteca de la La Rioja tienen edad de corte (la mayoría, a partir de los 6 años). Y si vas con tu pequeño a las zonas de lectura libre, al ser tan pequeños y no ser conocedores ni practicantes de las normas generales del recinto, nos piden amablemente que “no molestemos” a las actividades que los niños mayores sí pueden realizar.
Es una vergüenza que, mientras todos esos niños mayores autónomos y casi independientes -algunos talleres van hasta los 12 y 14 años- tienen un gran abanico de opciones veraniegas con las que divertirse, cultivarse y disfrutar del verano, los padres de niños pequeños nos vemos obligados a afrontar un arduo verano sin entretenimiento para ellos por parte de la Administración pública.
En mi caso, me veo obligada a contratar una guardería cuyo coste asciende a 350 euros (y solo en horario de mañana), esperando a que la chiquibeca del Ayuntamiento me devuelva parte de lo invertido casi un año después.
Vuelvo a reiterar la gran desigualdad existente entre los niños pequeños y los más mayores. Siendo cierto que necesitan más cuidados y atenciones, no creo que diste mucho de los profesionales que se necesitan para llevar el desarrollo de una ludoteca urbana o una piscina. Añadiría, como profesional docente que soy, que los peques de estas edades son los grandes abandonados y los que más atención necesitan. Ellos y todos sus familias.
Mi hijo, como logroñés, tiene el mismo derecho a disfrutar de un verano entretenido con otros niños, socializar y aprender nuevas experiencias que tan importantes son en la primera etapa educativa.
De este modo, lo único que consiguen es que sea imposible la conciliación familiar en la época estival y nos veamos obligados a renunciar a nuestros empleos en estas fechas o a reducir jornadas. Porque en mi caso, con el segundo hijo en camino, tendré otros casi cuatro años de veranos sin ningún tipo de actividad o ayuda para mi futuro hijo.
Hago un llamamiento a este nuevo Gobierno para que reparta mejor las ayudas veraniegas para todas las familias y que haya más atención a los niños menores de 4 años. Me parece una necesidad imperante a la que deben atender, ya que el resto del año también la oferta pública es muy limitada. Somos muchas familias en esta situación y debemos ser escuchadas.
*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.
