Firmas

Tinta y tinto: ‘Por sus frutos los conoceréis’

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

“Por sus frutos los conoceréis”. De vez en cuando viene bien pegarle una releída a la Biblia, como al Quijote, para entender lo que ocurre en este nuestro mundo católico, apostólico y romano que tiene en la redención su salvación. Nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, buscamos la expiación al intentar dotar de sentido a nuestros actos como si esto fuera a cambiar nuestro destino más inmediato. Si bajo esa premisa funcionamos las personas normales -los del barrio que nos cruzamos cada día al ir a trabajar o a comprar el pan-, bajo esa premisa elevada a la enésima potencia funcionan los políticos -personas normales que deciden dar el paso de administrar el dinero público y someter su vida al continuo escarnio de la sociedad y los medios de comunicación-.

Hace unos años, cuando las redes sociales, Ana Rosa Quintana y Pablo Motos no dominaban el discurso mediático, había cierta caballerosidad en los tiempos para la crítica. Incluso cierta caballerosidad, a secas, que recuerdan aquellos que vivieron la transición del 78 y cuyo espíritu murió en fecha indeterminada de hace varios lustros. Los políticos tenían cien días de cuartelillo cuando llegaban a su nuevo cargo para que la ciudadanía y la oposición pudieran llamarles inútiles y corruptos. Ahora, prácticamente sin haber tomado posesión, ya se sabe que el alcalde, los concejales, los consejeros, los directores generales y hasta el presidente no tienen ni puta idea de nada. Da igual que unas semanas antes miles de personas confiaran en ellos como si no hubiera un mañana, lo que todavía deja en peor posición a aquellos que perdieron las elecciones. Si el líder es tonto, imagínate los demás.

Vivimos a demasiada velocidad. Pese a que a principios de los 80 ya pensaban que vivían “deprisa, deprisa”, como ilustró fenomenalmente Carlos Saura en la gran pantalla, hemos acelerado nuestro día a día hasta cotas insospechadas sin pararnos a reflexionar sobra las grandes preguntas que siempre han dado sentido a nuestra existencia: de dónde venimos y hacia dónde vamos. Si la cosa se pone excesivamente filosófica y no nos da tiempo a recoger a los críos del colegio o las extraescolares, bastaría con intentar responder a los pronombres interrogativos que los ingleses engloban en las “wh questions” y que todo buen periodista intenta condensar en el primer párrafo de una noticia: qué, quién, cómo, dónde, cuándo y por qué. Si puedes contestar a esas seis preguntas, la llave de la narrativa será tuya. También, como consecuencia, la de la gloria. No basta con tomar decisiones en esta vida sino que también se les debe de dar sentido y explicación. La política sin la comunicación -y viceversa- no vale de nada.

Volviendo a la Biblia, ahora que llega el tiempo de procesiones en todos los pueblos de España -creo que Gonzalo Capellán ha acelerado los plazos para ser presidente para poder nombrar a tiempo a la recua que acudirá a tan magnos eventos-, conviene pararse en el Evangelio según San Mateo: “Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán”.

En esas estamos, reconociendo a nuestros nuevos políticos por sus frutos más recientes aunque todavía no hayan pasado los cien días de rigor. Más tiempo que el presidente Gonzalo Capellán ha tenido el alcalde de Logroño, Conrado Escobar, quien cumple ya su tercera semana al frente de la ciudad. Su primera gran medida fue reactivar la sirena que suena a mediodía en el Paseo del Espolón como si la Legión Cóndor estuviera a escasos kilómetros de la capital riojana y días después anunció que la declarará Bien de Interés Cultural (BIC) inmaterial, lo que ya le ha hecho acumular tres denuncias por exceso de ruido cual piso de estudiantes. Su siguiente medida fue colocar la bandera arcoíris en un balcón del edificio que diseñó Rafael Moneo como nuestro ayuntamiento, lo que le llevó a su cuarta denuncia. En este caso, de Abogados Cristianos por su declarada y no escondida homofobia. Retiró entonces el emblema LGTBI de la fachada para luego volverla a colocar tras consultar con los servicios jurídicos que no había problema. Esto, pese a que no lo verás en los medios, ha convertido al alcalde de Logroño en el único alcalde de España que ha puesto la bandera del colectivo no sólo una vez, sino dos. ¡Dos!

En materia de obras y calles “abiertas”, asunto fundamental que llevó a Pablo Hermoso de Mendoza a perder la Alcaldía, también ha dejado unas cuantas decisiones significativas. En el fracaso del Paseo de las Cien Tiendas ha dicho que va a contratar un informe externo para ver qué hacer. Para la pasarela de Los Lirios ha dicho que realizará un estudio geotécnico y otros de consolidación de los terrenos para luego, ya si eso, construirla. En la calle Sagasta ha dicho que a tomar viento lo que iba a hacer el anterior alcalde y ha pedido a los técnicos un estudio para modificar el proyecto original. A ver qué va a ser eso de quitar aceras para hacer una plataforma única. Por último, sobre las actuaciones más inminentes como Duquesa de la Victoria, San Antón y Avenida de Portugal ha dicho que lo vamos viendo según un calendario “prefijado” y las reuniones con los vecinos y comerciantes que nadie sabe ni cuándo ni dónde se producen.

Entre tanto, su portavoz, Celia Sanz, ha criticado a la anterior Corporación por captar “demasiadas subvenciones” provenientes de fondos europeos sin que lo supieran los funcionarios y sin que Logroño tenga capacidad de absorberlas. Algo así como cuando cobras tu primer salario cercano a los mil euros, vives en casa de tus padres y no sabes cómo te puedes gastar toda esa millonada sin invitar a media discoteca.

En el caso de Gonzalo Capellán, el presidente sólo lleva una semana en el cargo. Tomó posesión el viernes de la semana pasada, anunció sus consejeros el sábado y el domingo ya estaban todos jurando sus cargos para ponerse el buzo -entiéndase la metáfora- de trabajo. El lunes ya desayunamos con diez directores generales nuevos y cinco días más tarde con otros cuatro. Anda afinando el jefe del Ejecutivo la maquinaria gubernamental y política, así que esperaremos a completar la fotografía para analizarla en profundidad. Sin embargo, un detalle. Su primer gran anuncio: 32 millones para el principal sector económico de la comunidad, que no pasa actualmente por su mejor momento debido a múltiples factores, algunos de ellos estructurales y a modificar cuanto antes. Lo sabe el nuevo líder riojano, lo saben los viticultores, lo saben las bodegas y lo sabe hasta el astro caprichoso que se ha puesto a regar y apredear nuestras viñas por si eso pudiera ayudar.

Por sus frutos los conoceréis.

Subir