Cultura y Sociedad

Los imprescindibles de Holika: agua, hamacas, mantas y carga para el móvil

Brilli-brilli, un bañador o bikini mono (a pesar de que las temperaturas son fresquitas desde el jueves por la tarde), una camiseta de fútbol (en Holika las puedes ver de los equipos más inverosímiles. aunque ganan por goleada las de la Real y el Athletic), sudadera y móvil… son algunos de los imprescindibles que no pueden faltar en cualquier festival que se precie. Saco de dormir y esterilla si vas a acampar.

Pero tampoco es cuestión de cargar desde el Puerto de Santa María o Finisterre con determinados elementos que también son los básicos (cual vestido negro en un armario) de los festivales que están surgiendo en los últimos años como champiñones.

Holika no es diferente. Garrafas de agua. Se están vendiendo por centenares. En los supermercados, en las tiendas, en las gasolineras… Tener una garrafa de agua es ser invencible en una acampada de festival. “Lo mismo sirve para echar un trago de agua que para limpiarte los pies antes de ponerte las deportivas”, comenta Miguel, uno de esos chavales que se ven cargado arriba y abajo de la calle Mediavilla con las garrafas de agua al hombro.

Su versión es estado sólido (o lo que es lo mismo: hielos) también es otro de los imprescindibles de la temporada. “Unos bajan el agua y otros el hielo, nos vamos turnando cada día, a veces a por hielo hay que bajar por la mañana y por la tarde”, comenta el resto de la cuadrilla.

Pero además de la mezcla de hidrógeno con oxígeno en todos sus posibles estados, otro de los imprescindibles es la carga del móvil. Porque las rallitas del móvil duran lo que duran y más si a lo largo del día quieres inmortalizar diez o doce de los momentos cumbre de la jornada. Para eso hay opciones gratuitas, como la que propone el bar Oasis. Una mesa, bien de enchufes y a cargar.

Por último queda el mobiliario. El jueves a José Luis, el encargado de uno de los puestos del mercado, se le llevaron de las manos las más de cien sillas plegables que había traído hasta Calahorra. Por la mañana no se fiaba demasiado del éxito del día. “El año pasado traje todas y las vendí todas, seguro que este año no vendo ni una”, decía a primera hora de la mañana. Nada más lejos de la realidad. “El año pasado no compramos porque estábamos en la zona de hierba y te podías sentar en el suelo, pero este año nuestra zona de acampada es de tierra y te pones hecha un cristo”, comenta una de las últimas compradoras.

Si el jueves fueron las hamacas, este viernes han sido las mantas. “Ha hecho mucho frío esta noche, no pensábamos que iba a hacer tanto y no habíamos traído manta”. Otro imprescindible para que la estancia en Holika termine siendo todo un éxito.

 

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