La Rioja

“Llevo 21 años en climatización y como éste, ninguno”

Considerado por todos como un trabajo de esos que aparecen en junio y terminan en septiembre, los montadores de aire acondicionado coinciden en que la estacionalidad en su empleo cada vez lo es menos. Sergio Alegría, ‘Pope’ para sus compañeros y amigos, acaba de montar un aire acondicionado y lo pillamos cargando el siguiente para ir a otro domicilio.

Trabaja para Grupo Sagar en Calahorra y allí el curro no para ni un segundo. Dos instalaciones al día, algunos días incluso tres (“si montamos varios en una misma oficina o en una misma casa llegamos a montar hasta tres diarios”). Todos los días del verano, una época estival que cada vez es más larga para ellos.

“Antes era cuestión de cuatro meses, hacíamos la temporada de verano y en invierno a otra cosa. Ahora se ha alargado tanto el buen tiempo que prácticamente estamos todo el año poniendo aires acondicionados”, asegura. El boom de este tipo de climatización llegó especialmente tras la pandemia. “La gente tiene como una de sus prioridades estar cómodo en casa, y cuando se pasa calor en casa no se está a gusto”.

A lo largo del año casi no hay lista de espera, pero estos meses la cosa cambia. “Habitualmente tardamos un día o dos en ir a colocarlos desde que da la orden, pero durante los días de más calor siempre se alarga a siete u ocho días. Cuando llega el calor todo el mundo llama a la vez”.

“Además los precios cada vez son más asequibles, por mil euros puedes tener un buen aparato y como cada vez hay más olas de calor, la gente no se lo piensa”. Casi un centenar de aires acondicionados al mes en los últimos tres meses y lo que les queda hasta que acabe el verano. “Este año empezamos muy pronto porque llegó así como en marzo el calor y desde entonces no hemos parado, aunque es verdad que este invierno también hemos colocado bastantes”.

Sergio lo achaca a que “se pensaba que iba a ser un invierno muy duro con la subida de los precios del gas y estos aparatos como también sirven para calentar e incluso consumen menos que en el proceso de enfriamiento, mucha gente los compró de cara a actuar como calefactor de la casa”.

“En los 21 años que llevo trabajando en la climatización, como este año no ha habido ninguno, no hemos parado ni un sólo mes, cuando lo normal es que de octubre a marzo prácticamente no coloquemos ninguno o muy poquitos”.

Aunque Sergio vive siempre entre el frío y el calor, el verano termina siendo duro montando los aires acondicionados. “Yo es que no los disfruto, en cuanto lo monto y confirmo que funciona… a otra casa que no tiene aire acondicionado”, sonríe. Un trabajo complicado que hasta hace unos años era muy estacional y que cada vez ve cómo se alarga más.

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