Gastronomía

Patatas bravas: ‘El juego de las texturas’ (II)

En ‘La Rioja a la Mesa’ se ha abierto la espita de un tema central para la gastronomía riojana. Porque el asunto de las patatas bravas para nada es menor. Los lectores se lo toman realmente en serio. Porque aquí, como explicábamos en el primer capítulo de este serial, no solo importa la salsa: que pique o que no, que vaya con tomate o con un buen caldo aderezado con un buen puñado de pimentón picante.

También importa, lógicamente, la patata. Preocupa el asunto de la textura de la patata, más allá del sabor, porque damos por hecho que todos los hosteleros tratan de hacer el mejor trabajo. Es más, nos gusta pensar que toda ración de patatas bravas va al menos hecha al momento. Es verdad que por esta latitud no se observa lo que sí pasa en otras regiones, grandes bandejas de patatas listas en la barra, ya fritas, para aliñar en cuanto sean requeridas. Aquí se pide la ración y se espera a que salga de cocina con la salsa habitual.

Así sucede en las principales calles del tapeo logroñés, por poner un ejemplo. En la San Juan y en La Laurel. Así pasa en la meca de la patata brava logroñesa. Lógicamente en el Jubera, toda una institución. Un bar con esta única propuesta, con esta especialidad que goza de la confianza de los logroñeses, riojanos y visitantes. Es la patata brava con la que le salen los dientes a los riojanos. Y a partir de ahí cada uno va en la vida del alterne buscando quizás una textura de la patata algo diferente o una salsa con algún toque distinto. Pero todo empieza y acaba en el Jubera. Así nos lo confirma Estela, que nos ha enviado por email un mensaje directo y contundente: “Las patatas del Jubera de la calle Laurel. Las mejores”. Rebeca se suma a esta corriente de opinión: “Las mejores bravas clásicas, las del Jubera, sin duda”.

Pero… sí, Rebeca añade un pero. Porque al final cada uno busca otro lugar en el que poder comer una rica ración de patatas bravas. Porque no solo se hacen buenas patatas bravas en San Juan y Laurel. Rebeca explica que “en el Ícaro de Cascajos tienen unas que están…” y usa un emoji que denota placer. Hay buenas bravas en el Parque San Adrián. Es la recomendación de Úrsula: “Las mejores bravas son las del Papeo 2, y se pueden pedir poco picantes, sin picante o bien picantes”. O la de Valentín: “De reciente apertura, pero son espectaculares las del Café Nueve, en la plaza Primero de Mayo”. Dice Valentín que “la cocción y el punto de la patata con una salsa buenísima que por supuesto es secreta”.

La patatas bravas de La Taberna del Laurel.

Porque el tipo de patata, el aceite, y por supuesto el tipo de fritura o de cocción confieren a la ración de bravas sus cualidades finales, las que buscan los clientes fijos. Porque la patata brava del Jubera no es la misma que por ejemplo las de La Taberna del Laurel, muy cerca del Jubera. Ni mejores, ni peores. Por suerte diferente. Y se puede elegir entre una, otra, o ambas. Unas más fritas, otras más cocidas, y luego cada maestrillo hace su salsa, que aquí en La Rioja habitualmente va con salsa de tomate, mayonesa y el toque picante que el cliente precise.

Las recomendaciones se suceden. Los lectores de NueveCuatroUno participan activamente en la cultura gastronómica riojana. Óscar nos invita a probar las que hacen en el AMY, en el barrio de Yagüe: “Patata natural, en su punto y a cualquier hora”. Pero no solo en Logroño hacen buenas patatas bravas, claro. En Calahorra, por ejemplo, Ana Rebeca nos recomienda las del Rincón Andaluz: “Son mis favoritas, están super ricas”. O Ángel, que nos hace un fantástico recorrido por La Rioja de las bravas: “Mi top 3 de patatas bravas son las del bar Duke de Haro, las del Jubera en la calle Laurel, y las del bar Vega en Haro, diferentes, cortadas en láminas y con una salsa muy personal”.

Las patatas bravas del Bueno…Bueno.

Si de bravas con patatas cortadas en láminas se trata, sin duda existe en la calle San Juan de Logroño una propuesta interesante. La del Bueno…Bueno. Un espacio que trabaja una ración de patatas bravas importante, para dos o tres personas, crujientes, sabrosas, hechas al momento, con una salsa rica que pica lo justo. Haznos llegar tus lugares favoritos en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881. Como Guzmán, que nos  invita a conocer las bravas del Imperia, en Arnedo.

Capítulo 1. Patatas bravas: ‘La historia de una rivalidad que perdura’.

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