La Rioja

Otro testigo escuchó “gritos de dolor extremo” desde la casa del presunto asesino de Javier Ovejas

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

El testimonio del vecino que escuchó “un grito desgarrador de socorro y un disparo” no ha sido el único que se antoja clave en la resolución del ‘Caso Entrena‘. La sesión de este martes -la segunda por esta causa- ha contado con el relato de otro hombre que vive en la misma zona y, cuando regresó a su casa esa noche, comenzó a escuchar muchos ruidos, con “gritos de dolor extremo, como pidiendo ayuda, que no eran normales”, procedentes de la casa de Óscar P. R., único acusado en la presunta muerte y desaparición de Javier Ovejas.

“Se oían por todo el pueblo, rebotaba por todo el valle, alteraron a todos los perros de la localidad”, ha indicado. Ha considerado que estos gritos podrían proceder de “alguien que se estaba muriendo” y también oyó unos ruidos que le parecieron petardos, más suaves que un arma de caza.

Desde su ventana, como ya había anochecido, no llegó a ver el vehículo, solo las luces y que se movió a través de la galería que une el patio de la casa del acusado con la calle.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Después, su padre le dijo que se metiera en casa y que no avisara a la Guardia Civil, que sería todo cosa “de algún loco”.
Por otro lado, un conocido del acusado coincidió con él la noche de la desaparición de Ovejas, porque le tuvo que acercar en su coche desde Entrena a Logroño para intentar reparar su coche.

“Le vi tranquilo, tan normal, ni sudado ni nervioso”, ha subrayado este hombre, quien le volvió a llevar a su casa poco después.

Ladridos continuos

Una vecina de la misma calle de donde vive el acusado ha relatado que la noche del 29 de julio escuchó continuamente a los perros ladrar y, “dentro de la algarabía, oí algo como gritos de Guardia Civil, pero nada más”.

Desde la terraza vio en el patio del acusado una furgoneta de color blanco, pero una parte del vehículo, que tenía la puerta del conductor abierta, y al poco tiempo se volvió a asomar y ya no estaba.

Vistas de la vivienda del acusado desde la terraza de una de las testigos.

Un matrimonio, conocido del acusado, ha detallado que estaba afectado y algo triste porque le habían robado en casa unas monedas antiguas, pero no vieron ningún comportamiento extraño el 30 de julio, cuando le llevaron a Logroño para arreglar el coche. Este hombre, informático de profesión, ha dicho que el procesado le preguntó cómo podía resetear un móvil.

Estos son algunos de los testigos que han comparecido en la segunda sesión del juicio con tribunal popular que se celebra hasta el 27 de junio en la Audiencia Provincial de La Rioja contra Óscar P.R., para el que el fiscal reclama una pena de 22 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y otro año por tenencia de armas.

Por su parte, las acusaciones particulares ejercidas por el padre y la pareja de Ovejas piden penas de 25 y 3 años por los mismos delitos; ya la defensa del procesado solicita su libre absolución.

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