Firmas

Tinta y tinto: ‘Y cien gaviotas, ¿dónde irán?’

Si las paredes del Monasterio de San Millán tuvieran la capacidad de comunicarse con nosotros, a buen seguro que dejarían de contarse secretos junto a ellas. Todo lo escuchan, nada revelan. Silencio sepulcral. Patrimonio de la Humanidad al servicio de las confesiones más insospechadas. Siglos de historia e historias guardados entre sus muros a cal y canto. Allí donde surgieron las primeras palabras en castellano y donde La Rioja se hizo comunidad, peregrinamos los riojanos de vez en cuando para encontrarnos con nuestros orígenes. Los del idioma, los místicos y los políticos. Nuestro lugar de nacimiento. Nuestra cuna. Sobre dónde fuimos engendrados hay varias teorías y casi todas son válidas porque, al final, confluyen en el mismo punto: San Millán. Porque pese a que no tenemos fecha exacta del surgimiento de nuestra existencia como no tenemos fecha exacta del comienzo de la vida humana, sí tenemos un lugar que todo lo significa y todos nuestros secretos guarda.

Allí peregrinamos el Día de La Rioja alrededor de trescientas personas para celebrar que existimos y somos. Al acabar el acto institucional, comenzó la verdadera fiesta con un pequeño vermú -vinos de Viña Grajera, embutido, bocatitas y croquetas- entre esas paredes que tanto invitan a las intrigas monásticas como si aquello fuera un cónclave para elegir al nuevo papa. Por desgracia para nosotros, al jefe supremo ya lo eligieron los ciudadanos el pasado 28 de mayo con una abrumadora mayoría absoluta. Gonzalo Capellán será nuestro próximo presidente y, por tanto, nuestras conversaciones sólo podían dirigirse hacia las cábalas sobre quiénes serán sus acompañantes en los asuntos del mandar. Porque entre pitos y flautas, si contamos también los diferentes ayuntamientos en los que hasta ahora gobernaba el PSOE y que desde este sábado lo hará el PP durante cuatro años, podríamos cantar aquello de “cien gaviotas dónde irán”. Un centenar de puestos en las diferentes estructuras institucionales que cambiarán de nombre y apellido.

Concha Andreu ha perdido en un abrir y cerrar de urnas prácticamente todo el poder que había acumulado en los últimos cuatro años. Sólo le queda la Secretaría General del PSOE de La Rioja, aunque ya suena el ruido de sables en Martínez Zaporta para sustituirla en cuanto pasen las elecciones del 23 de julio. De hecho, en el pequeño Logroño del poder ya se da por hecho que el alcalde de Arnedo, Javier García, será el siguiente líder socialista en la región si no vuelve a equivocarse estrepitosamente al elegir a quién apoyar a nivel nacional. El adelanto electoral ha dejado a Paco Ocón sin tiempo suficiente para preparar una batalla que el primer edil riojabajeño -única localidad relevante que ha mantenido el PSOE- lleva mucho tiempo urdiendo de forma pausada, callada y segura. Su gente de confianza ya está en sus puestos, el calendario juega a su favor y no hay nadie que parezca mejor opción a corto y medio plazo. Objetivo, intentar recuperar el Gobierno en 2027 e intentar recuperar el Gobierno de verdad en 2031. Hay mucho partido que recomponer después de la estampida generalizada que los otrora amigos de Andreu han protagonizado en las últimas semanas.

Como el asunto del PSOE parecía más o menos claro, ya que incluso para ese día estaban cerradas las listas al Congreso y al Senado con dos calagurritanas como cabezas de lista -ambas han recibido sendas derrotas el 28M-, nos entretuvimos en parafrasear a Duncan Dhu con el movimiento desconocido de las cien gaviotas. Lo único que se daba por hecho era que Cuca Gamarra lideraría la candidatura riojana al Congreso. Y así ha sido. Sin embargo, los dirigentes populares guardaban silencio al respecto, cual paredes del propio monasterio, por aquello de que quien hable no sale en la lista ni en el cargo. Es el nuevo “quien se mueva no sale en la foto” que popularizó Alfonso Guerra, pero en versión gallega de la mano de Miguel Tellado. La tranquila intranquilidad de Javier Merino y Carlos Yécora hacía presagiar su repetición en Madrid, pero en este nuevo PP de los gemelos Feijóo y Capellán nadie da nada por seguro hasta que se anuncia en rueda de prensa de forma oficial.

Descartadas las cábalas sobre las listas azules al Congreso -la izquierda de la izquierda, junto a Yolanda Díaz, sabe que tiene nulas posibilidades de sacar un diputado o un senador en La Rioja tras el cinco por ciento logrado el 28M-, nos pusimos con las cábalas del Gobierno de La Rioja que formalizará próximamente Gonzalo Capellán. Poco o nada se sabe de los contactos realizados durante estas semanas salvo una reunión mantenida con David Luquin, director general de Avance Digital en el Ejecutivo de Concha Andreu (cesado el 31 de mayo porque tenía pensado fichar por una importante empresa tecnológica de la región). El resto de nombres que suenan estos días por el pequeño Logroño del poder pertenecen a la cúpula del PP y a periodistas de larga trayectoria en La Rioja para el área de comunicación. Lo más divertido, y lo que antes sabremos, se encuentra en la Presidencia del Parlamento. Algunos ya colocan como sustituto de Jesús María García a Alberto Galiana, otros a María Martín y los más osados a Jesús Ángel Garrido. Preguntados por esta cuestión en el vermú de San Millán, los dirigentes del PP guardan silencio, como en prácticamente todo.

En cuanto a la composición del Gobierno, se da por hecho que Alfonso Domínguez regrese como hombre que maneje las finanzas. Para el resto, vuelven a sonar los mismos nombres. ¿Dónde está la bolita? ¿Dónde está la bolita? ¿Alberto Galiana en Educación? ¿María Martín en Agricultura? ¿En Salud porque Noemí Manzanos se hace con esa última cartera? Serían tres exconsejeros que volverían a las carteras que los ciudadanos les quitaron en 2019. Silencio sepulcral. Nadie sabe nada. Nadie dice nada. Sólo la gente más cercana a Gonzalo Capellán, los que le han acompañado en primera y segunda línea durante los últimos meses, sabe qué pasa por su cabeza. Y, en algunos casos, ni eso. Tendremos que volver a San Millán y pegar el oído a sus muros por si acaso resuenan todavía los ecos de las confesiones, tanto las políticas como las expiatorias. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amén.

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