El nuevo escenario climático ha implantado un nuevo mandato a nivel mundial marcado por las directrices de la sostenibilidad y la huella de carbono. Ya no basta solo con producir de manera respetuosa con el medio ambiente, sino que las nuevas construcciones han de ser de igual forma reflejo de la economía circular y la transición ecológica. Construcciones que se adapten a los nuevos fenómenos meteorológicos adversos y, en especial, a la gestión del agua que cada vez más es concebido como un bien escaso.
El pasado mes de abril ha sido el más cálido y el octavo más seco en La Rioja desde que hay registros (1961), lo que invita a reflexionar sobre un cambio de modelo en la gestión de los núcleos de población para incentivar ese mejor aprovechamiento del agua.
Es el caso de la nueva estación de autobuses de Logroño, la de ferrocarril y el parque Felipe VI que sobre ellas descansa. Obra de Iñaki Ábalos y Renata Sentkiewicz y recientemente reconocida con el premio Asprima-Sima 2023 en la categoría de ‘Mejor proyecto en regeneración urbana’, el proyecto cuenta con sistemas de drenaje que recogen el agua de lluvia y el excedente del riego para su reutilización al cien por cien, algo que se traduce en un consumo mínimo de agua.
Así mismo, la cubierta verde sobre la infraestructura sirve de aislante térmico de las estaciones de tren y autobús, lo que favorece el mantenimiento de estos espacios a la vez que aporta mayor confort higrotérmico como llave para luchar contra el cambio climático. Más allá de cubrir una necesidad infraestructural, el objetivo de los arquitectos también era unir espacios y crear así un entorno público natural que contrastara con el carácter urbano y que ha derivado en un importante atractivo y desarrollo económico para la zona.
Este parque de unos 150.000 metros cuadrados es un ejemplo de urbanismo sostenible y circularidad certificado en 2022 con el estándar internacional de sostenibilidad BREEAM España – Urbanismo, lo que lo sitúa como el segundo proyecto a nivel nacional que alcanza este sello de calidad medioambiental.
Otra de las nuevas construcciones sostenibles que se suman a la lista es la Ciudad Deportiva de la UD Logroñés que todavía no ha sido estrenada. La obras se han llevado por delante unos siete millones de euros, pero el resultado deja sobre el césped, en algún campo incluso con hierba natural, una perfecta integración paisajística en base a los criterios de sostenibilidad.
El emplazamiento donde se ubica la Ciudad Deportiva es el área Oeste de Logroño junto al camino viejo de Fuenmayor, en una superficie de 135.000m2. Estas nuevas instalaciones cuentan con un sistema fotovoltaico con placas solares, así como una balsa donde recoger el agua de lluvia y realizar un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos y del riego. Y es que en el diseño de la construcción se ha apostado por un sistema autosuficiente con gran respeto hacia el medio.
Más allá de la capital riojana, las instalaciones de Bodegas Beronia en Ollauri son ya de sobra conocidas por su carácter de respeto al medio ambiente. «La bodega más eficiente y sostenible del mundo» está en La Rioja y prueba de ello es su sistema ‘Cleanwood’. Además, son sus numerosos y novedosos los sistemas de aprovechamiento de la energía que tiene. Así trabaja con la geotérmica para la aerotermia, la fotovoltaica y la energía térmica solar.
Gracias a su diseño y funcionamiento, se asegura la calidad ambiental interior y bienestar gracias al confort térmico, lumínico y la calidad del aire con sistemas inteligentes de detección de CO2. Beronia tiene en sus manos todo un proyecto que se acerca al carácter holístico de lo que es una bodega, donde todos los elementos que la componen afectan en el devenir de los vinos que se elaboran.
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