La Rioja

Tudelilla, como sacada de un cuento

FOTO: Pichurri7

A mitad de camino entre la sierra y el valle, enclavado en un rincón pintoresco del mapa riojano, Tudelilla aprovecha a la perfección todos sus recursos para darlos a conocer en cada ocasión que se le presenta. La próxima oportunidad es la Marcha de la Villa de Tudelilla que se celebrará el próximo 18 de junio. Un momento perfecto para conocer de primera mano no sólo el patrimonio paisajístico de una zona a los pies de Sierra La Hez sino, una vez acabada la marcha, disfrutar de los recursos turísticos de un municipio que ha ido dando pasos de gigante en los últimos años.

Este pequeño tesoro escondido despliega majestuosamente vastos campos que parecen extenderse hasta donde alcanza la vista. Un lugar donde el tiempo tiene la posibilidad mágica de ralentizarse. A medida que uno se adentra en este idílico paraje, se encuentra con un paisaje que parece sacado de cuento. Ver los todos los paisajes de Rioja Oriental en un único paseo salpicado de viñas, olivos, almendros… La garnacha fue allí reina y señora durante décadas, ahora comparte terruños con otras variedades que se han ido imponiendo con el paso de los años. A los pies de una de las sierras más desconocidas, el camino se va salpicando de los municipios que conforman el valle de Ocón para recorrer también amplias zonas de otros términos municipales como el de Bergasa o Carbonera.

Pero es en el corazón mismo del pueblo donde la verdadera esencia de Tudelilla se revela. Sus calles estrechas y empedradas serpentean a través de casas de estilo rústico, con sus fachadas encaladas y ventanas adornadas con macetas rebosantes de flores coloridas. El campanario de la iglesia, testigo silente de la historia que ha visto pasar la vida de los tudelillanos, se alza con orgullo, ofreciendo una vista panorámica del paisaje circundante. Fue en 1923 cuando Benito Perea colocó las dos grandes campañas con sus correspondientes yugos imponiéndoles los nombres de Santa María y San Roque.

Un privilegio el poder pasear por la fuente vieja, que también fue lavadero y matadero. Nueve mil pesetas costó su creación en 1924. O hacerlo por la Calle del Sol, dedicada a José Ortega Valderrama en 1922, por aclamación unánime del pueblo, reconociendo los servicios que venía haciendo a su querido municipio.

Agricultores desde que la vida es vida en Tudelilla, el municipio no sería lo que es sin el molino de aceite, contraído en 1920 por la sociedad de labradores, bajo el patronazgo de San Isidro labrador, cuya imagen habían adquirido el año anterior.

El recorrido por el municipio también da al visitante la oportunidad de poder ir contemplando las obras artísticas que con el paso de los años se han ido colocando en calles y plazas gracias a una iniciativa que supuso todo un revulsivo para la localidad: la Bienal de Arte URRA!

Sillas que aparecen de las fachadas de las casas, recuerdos a la vida de antaño, homenajes a los labradores del municipio, miradas que te siguen en el camino por unas calles en los que todos se conocen y se saludan.

Un recorrido de magia y dedicación artística que perfectamente se fuere terminar en uno de los últimos edificios restaurados: las antiguas escuelas, una instalación coqueta y ahora moderna que se ha convertido en una de las esencias del municipio.

Así, la marcha por las tierras de la villa se puede convertir el 18 de junio en una oportunidad perfecta para disfrutar del deporte, el patrimonio paisajístico de la zona y conocer uno de los municipios que más han hecho por el arte urbano en los últimos años.

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