Firmas

Tinta y tinto: ‘Acto de contrición’

Foto: EFE/Raquel Manzanares

Andaban en el PP frotándose las manos este lunes por la mañana, todavía con la resaca electoral taladrando sus cabezas y haciendo pitar sus oídos, cuando Pedro Sánchez ha decidido cambiar el paso a todo el mundo y llevarnos nuevamente a las urnas. El 23 de julio. Sin tiempo casi ni para digerir las victorias y las derrotas de este domingo. Sin tiempo casi ni para cambiar las vacaciones. Sin tiempo casi ni de pedir su cabeza o de articular una estrategia para desgastar al PSOE hasta diciembre. Sin tiempo casi ni para formar una coalición con cierta dignidad a la izquierda de los socialistas. En definitiva, casi sin tiempo para recuperarnos de las dos últimas semanas de campaña antes de que empiece la siguiente.

Esto de “la fiesta de la democracia” es un no parar y ya parece más “la rave de la democracia”. Y si no, sólo hay que echar un vistazo a los vídeos de la fiesta de los populares en el Círculo Logroñés. No era para menos tras lograr amplias mayorías en prácticamente todos los grandes municipios de la comunidad (salvo Arnedo) y en el Parlamento. Hasta Gonzalo Capellán se arrancó a bailar al ritmo de La La Love You con un ritmo, cuanto menos, discutible. Esperemos que se le dé mejor lo de gobernar.

Con los bailes de Capellán nos acostamos y con los anuncios de Sánchez nos levantamos. Otra fiesta de la democracia para una ciudadanía que esperaba votar dentro de seis meses y no en seis semanas. Mientras en Génova ponían fecha a las torturas con las que someter al presidente, en Moncloa se han movido con la misma cintura que exhibió Alfonso Domínguez sobre el mismo escenario del Círculo Logroñés. La finta y el esprint, la Consejería de Hacienda para ti. Y la de Agricultura, para María Martín. Pareado. Poesía. Personas y cargos a base de rimas para un futuro Gobierno de La Rioja que su futuro líder ya asegura tener en la cabeza.

Más complicadas tienen las cosas en el PSOE, aunque el movimiento de Pedro Sánchez les permite acelerar una renovación que se podría haber tornado en tortuosa si esta se prolongara durante el verano. Porque si en Génova afilaban esta mañana los cuchillos después de los resultados del domingo, en casa del exsecretario general de los socialistas Paco Ocón llevan afilados desde hace semanas. “El PSOE está por encima de quien lo dirige”, dijo el pasado viernes, tras asegurar que la dirección del partido le ha apartado de cualquier participación en la campaña. “Cada uno asumirá sus responsabilidades”. Tan rotundo como evidentes sus ideas, pese a que este calendario le sea menos favorable para recabar apoyos de cara a recuperar los mandos del partido.

No será la única casa socialista que cuenta con los puñales listos para actuar. No hay mejor afilador que una derrota electoral. Los apoyos que Concha Andreu ha cosechado gracias a los salarios que dan los cargos desaparecerán a la misma velocidad que el PSOE de las instituciones. A partir de ahí, la soledad de la todavía presidenta. ¿Otro intento de Félix Caperos para hacerse con la Secretaría General? Podría ser, aunque las conversaciones en el pequeño Logroño del poder se dirigen por otros derroteros más cercanos a Calahorra y no tanto a La Rioja Alta: Javier García. De hecho, en la actualidad es el socialista que más riojanos “gobierna” al renovar por segunda vez (tercer mandato) la Alcaldía de Arnedo.

En el partido parece haber cierto consenso en torno a la figura del primer edil riojabajeño para suceder a Concha Andreu. Hombre de confianza de la presidenta y diputado durante la próxima legislatura, el alcalde arnedano llegaría a Logroño para aplicar ese particular estilo que le ha llevado a convertirse sin discusión en el barón del Cidacos. Los resultados le avalan después de las dolorosas derrotas sumadas a lo largo y ancho de la región. De cómo podría hacerse la transición entre ambos dependerá el éxito (o no) de la idea, acelerándola Pedro Sánchez este lunes con su adelanto electoral. ¿Por qué? Porque el otro rumor que circula por los mentideros políticos sitúan a la presidenta en Madrid, ya sea en el Congreso o en el Senado. Y con una cita el próximo 23 de julio, se podría ahorrar incluso el trago de coger el acta en el Parlamento el 22 de junio para dejar sitio a un compañero de partido.

Foto: EFE/Raquel Manzanares

Todos estos asuntos (seguramente muchos más) se pondrán encima de las mesas de Martínez Zaporta durante estos días, aunque primero toca analizar el batacazo electoral. Las primeras interpretaciones de los dirigentes socialistas sitúan el escenario en “una ola nacional” que se habría llevado todo por delante. Sin hacer autocrítica, al menos en público, nadie parece acordarse del sinfín de ceses de altos cargos ni del sainete protagonizado por la consejera Raquel Romero. Tampoco de que la comunicación política ha sido inexistente o del polémico decreto de convivencia en Educación, así como del aumento de las listas de espera o del cabreo en el sector del vino por la falta de reacción ante su crisis, tanto estructural como puntual. Gota a gota. Grano a grano. Paso a paso hasta la derrota final.

El PSOE de La Rioja tiene que hacer acto de contrición cuanto antes o se expone a un largo ciclo de gobiernos populares en el que ocho años con Capellán como presidente pueden ser sólo el principio. Han gastado en un visto y no visto su primera y única bala en veinticuatro años. Lo comentaba medio en broma medio en serio un dirigente socialista la misma noche electoral. “La mayoría absoluta de Gonzalo le quita mérito a las mayorías absolutas de Pedro Sanz”. Si todo el análisis se resume a una “ola nacional” inevitable y los cambios se reducen a un par de caras en la cúpula, en Duquesa de la Victoria pueden cambiar la agenda 2030 por la agenda 2050.

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