Agricultura

El ganado se queda sin forraje ni pastos: “El campo está como en agosto”

Los herbáceos no han crecido lo suficiente y ya escasea el alimentos para los animales

La Rioja ha dejado atrás el abril más cálido y el quinto más seco de la comunidad desde que hay registros (1961) y este mes de mayo, sin apenas precipitación acumulada (apenas un litro por metro cuadrado caído hasta la fecha en la estación de Agoncillo tomada como referencia). Una sequía extrema que está sufriendo la agricultura y, en consecuencia, la ganadería. Los herbáceos no han crecido lo suficiente y eso ya dibuja una realidad en la que va a escasear el forraje. Pero es que los pastos tampoco han nacido los suficiente para alimentar al ganado, así que solo queda tirar de la compra de pienso.

“Yo gasté todo el forraje del que me había provisto en noviembre hace poco más de un mes y, en un año normal, ahora los animales estarían en el monte comiendo. Pero no hay nada de pasto y el forraje se ha acabado hasta que se vuelva a cosechar. Y aún así también escaseará porque al no llover, los agricultores no van a cosechar como otros años”, apunta Raquel, ganadera en Jalón de Cameros.

Ha intentado comprar paja por la localidad navarra de Buñuel, pero le está resultando imposible. “La situación es bastante complicada porque los vendedores si no eres cliente habitual no te sirven y al que solíamos comprar ya la había vendido para biomasa porque otros años solía sobrar mucha”.

Mientras tanto, Raquel sigue alimentando a sus animales a base de pienso, pero eso tiene un coste que en estas fechas no debería existir: “Cada vaca se come 4 kilos de pienso al día y cada kilo cuesta unas 70 pesetas, lo que viene siendo unos 2 euros por cada vaca al día que tengo que pagar de más. En el caso del forraje hablan de que ha subido el doble y el otro día un ganadero de la zona me comentó que antes el pienso se lo cobraban a 7 pesetas la tonelada, pero el último camión que le llegó a 17 pesetas”.

El problema derivado es que se están adelantando los sacrificios de animales que ya son más mayores y a los que les cuesta criar, por lo que no son rentables. “Lo que se llama el desvieje y que se solía hacer en septiembre u octubre. Si hubiera comida en el campo no habría problema porque tendríamos comida para todas, pero ahora las ganaderías las vamos a tener que reducir a lo que nos sea más rentable”, sentencia la ganadera.

En este sentido, reclama también la actuación de las administraciones para que intervengan a la hora de paralizar los contratos que existen entre los pajeros y empresas de biomasa para dar salida a esa paja sobrante que se producía cada año: “No se puede castigar a los animales sin comer o que los ganaderos tengamos que afrontar unos precios desorbitados para alimentarlos mientras se está destinando paja para biomasa. Al final esos animales son los que luego nos van a dar carne y leche al resto de la gente”.

Pero el problema más grave, más allá de los precios, es la falta de lluvia. “La señora más mayor que tenemos en el pueblo dice que nunca ha visto los manantiales tan secos y así llevan prácticamente desde junio del año pasado porque algo ha llovido, pero rápido se ha secado todo. Ahora mismo el campo está como en agosto, agotado, acabado. Aquí no hay nada porque el campo no tiene fuerza y veremos qué ocurre con la campaña de maíz para el próximo noviembre”.

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