Agricultura

“Vamos camino de tener el abril más seco de la historia”

“Vamos camino de tener el abril más seco de la historia”

Foto: EFE/Raquel Manzanares.

Las viejas lenguas recuerdan que ha habido años realmente secos en los que no se ha cosechado el grano y en los que ha escaseado incluso el agua de boca. Las cifras a veces tiemblan un poco, que si en el 89, que si por el 95… Pero la Aemet concreta y fija siete periodos de sequías extremas desde que hay registros, en 1961: entre 1975-76, 1987-88, 2000-01 y 2017-18, junto a tres periodos que se prolongaron durante varios años, como la de 1982-84, 1991-1996 y 2005-09.

Sin olvidar la del año pasado que pasará a la historia con el récord de menos precipitaciones del siglo XXI en La Rioja, teniendo que remontarse a 1986 para encontrar unos registros tan bajos. “Este invierno climatológico, entre diciembre y febrero, ha sido húmedo especialmente en enero, con lluvias repartidas por toda la región y eso es lo que ha compensado porque si no estaríamos ante una sequía histórica porque ya veníamos con malos datos del año pasado”, apunta el delegado en La Rioja, José Antonio Pellitero.

Eso sí, el escenario del presente año no es nada halagüeño con un campo vano de esperanzas ante el devenir de sus cosechas en todo el escenario nacional y los pronósticos meteorológicos alertan: “Vamos camino de que este abril sea el más seco en la historia de España superando el récord registrado en 1995 con 23 litros por metro cuadrado de media en el conjunto de la península, pero ahora llevamos menos de diez litros de media y faltan ya pocos días para acabar el mes”.

En La Rioja, el mes de abril se ha considerado como “muy seco” hasta la fecha y en la estación de Alfaro, por ejemplo, se podría alcanzar récord con los 2,2 litros registrados este mes. “El límite estaba en 2017 cuando cayeron este mismo mes 9,6 litros y en cierto modo este año es el que más se parce al actual en el periodo de abril”.

La situación extrema puede variar ligeramente con el frente que se asoma por el oeste y que podría traer inestabilidad este fin de semana, pero en ningún caso serán precipitaciones abundantes ni persistentes. Además, para la próxima semana se esperan temperaturas propias de junio y julio y la comunidad podría alcanzar los 30 grados, el escenario perfecto para secar más si cabe el terreno y despedir un preocupante mes de abril.

La resistencia agrícola

El sector agrícola no sabe si mirar al suelo o al cielo. Ninguno de los dos focos apacigua sus nervios y cada día que pasa sin agua es un día perdido para que sus cultivos revivan. Con una visión más general, este escenario aboca a pensar en una reorganización de la agricultura, especialmente en los cultivos de regadío.

“La previsión futura es más preocupantes de cara a las temperaturas, donde ya se ve que vana subir sin ninguna duda, pero en el caso de las precipitaciones no es así porque su comportamiento no será tan uniforme. Lo que se espera en el futuro son escenarios más variables e irregulares, con más tormentas. Pero es evidente que hay que encaminar la agricultura hacia una que no dependa tanto del agua, focalizando el riego solo en aquellos cultivos que necesiten el agua para producir como son frutales y hortícolas”, insiste Fernando Martínez de Toda.

Y ese no es el caso de la vid, un cultivo rústico y resistente que ya jugó sus mejores cartas el año pasado demostrando su fortaleza ante el calor y la falta de agua. “Hasta este momento las cepas no requieren de riego y hasta el cuajado la planta solo consume un 10 por ciento de agua. Lo importante es lo que ocurra en estos próximos tres meses hasta julio porque de no caer ni una gota la situación sí sería grave. Pero es justo durante esos meses en los que, estadísticamente, más llueve por las tormentas”, remarca.

Considera así mismo “difícil” que se dé una situación de extrema sequía junto a las olas de calor que se vivieron del año pasado. “Pero en ese caso creo que la vid seguiría resistiendo porque es durísima y hay que pensar que la sequía es un factor de calidad para la planta, por eso es diferente un suelo vitícola a uno agrícola”.

Cada cepa, explica el Doctor en Viticultura, coloniza tres metros cúbicos de suelo, “por lo que a poco agua que haya, la planta es capaz de extraer los nutrientes”. A donde nos van a llevar estos escenarios de sequía es a replantearse si hace falta regar un viñedo para producir vino, “para que luego además sobre producción y haya que destilar”. Martínez de Toda recuerda que el riego en el viñedo ha estado prohibido hasta hace unos 15 o 20 años y han llegado a haber 2.000 hectáreas en secano en todo el país, “por lo que es posible cultivar viña en secano sin problema, pero implicará otro tipo de producción”.

Cambios de filosofía que deberán ir acompañados, añade, de plantaciones en suelos con mas capacidad de retención de agua, que sean menos arenosos y superficiales porque la planta sufre más, así como plantar a menor densidad de plantación para dejarle a cada cepa más suelo y propiciar un mejor desarrollo.

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