Después de un 2022 de recuperación del empleo tras la debacle que produjo la pandemia en el mercado laboral, los últimos datos evidencian un aumento mucho más lento en la creación de puestos de trabajo del esperado. En un contexto de reajustes entre oferta y demanda laboral y con una tasa de paro en La Rioja que roza el 10 por ciento, los responsables de recursos humanos aseguran tener dificultades para encontrar los profesionales que demandan sus empresas.
En la comunidad hay especialmente cuatro sectores en los que la falta de profesionales es evidente. Por un lado en la hostelería, especialmente en fechas concretas como la Semana Santa y otros momentos de más afluencia de turismo en la región. Además, en La Rioja, como en el resto del país, faltan profesionales tecnológicos: programadores/as, expertos/as en redes, expertos/as en Big Data, perfiles de ciberseguridad, desarrolladores/as web y perfiles para soporte de sistemas.
Los dos otros sectores que tienen complicaciones para encontrar a trabajadores son la construcción, que está remontando el vuelo tras varias crisis seguidas, y el sector de la logística.
Santiago Gutiérrez, presidente de la Asociación de Transportistas Discrecionales de La Rioja (Atradis), integrada en la FER, asegura que en su sector el puesto de trabajo crítico es el de conductor. “Cuesta mucho encontrar profesionales”, comenta asegurando que el problema va a ir a más en los próximos años. “De aquí a cinco o diez años se van a jubilar buena parte de los conductores que tenemos ahora y va a haber un problema con el relevo generacional”, asegura. El problema principal para Gutiérrez es la falta de vocación y no tanto las condiciones económicas de los puestos. “Es un trabajo que te tiene que gustar porque las condiciones, especialmente en los viajes internacionales, no son fáciles. Hay que estar muchos días fuera de casa y ahora la gente no quiere”, comenta.
FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.
También hay una parte de “significación del puesto de trabajo”. Y se explica. “Ahora hemos conseguido que por ley el conductor no tenga que descargar pero la visión que tienen algunos clientes y la sociedad en general es que se trata de un trabajo en el que al conductor se le puede pedir todo, hay que hacer más pedagogía con nuestros propios clientes”, asegura.
Presidente de AERTIC, José Luis Pancorbo, también refleja los problemas para encontrar personal en su sector. Las causas son varias. “La realidad es que el sector está creciendo muy por encima que otros sectores y eso está llevando a una alta demanda de personal pero no sólo en puestos tecnológicos propiamente dichos sino también en el resto de áreas, necesitamos profesionales de cualquier ámbito que tengan una cualificación tecnológica: administrativos, comerciales, gestores…”.
En la concreción de los puestos tecnológicos es claro. “A pesar de que llevamos años explicando que van a hacer falta este tipo de perfiles, la oferta educativa sigue siendo la misma que hace 20 años, las administraciones y la universidad van a tener que ponerse las pilas porque si no vamos a perder una oportunidad única”, asegura.
Quiere ser optimista. “Estamos ofreciendo muchos puestos de trabajo en una región que está en un momento álgido en este tipo de empresas pero es que además el resto de los sectores también están buscando perfiles que tengan conocimientos tecnológicos porque saben que ahí va a estar la diferencia con la competencia”, comenta. “Por eso es tan importante no sólo formar en tecnología a los desempleados si no también a los trabajadores de otros sectores”. Y va más allá:”Es una gran responsabilidad para las administraciones pero hay que dar un paso decidido hacia ello”.
El secretario de la CPAR, la Asociación de Empresas de la Construcción de La Rioja, Juan Ramón Liébana también intuye que el problema de no encontrar trabajadores puede ir a más en los próximos años. “Tenemos un problema de relevo generacional que se va a incrementar porque más de 30 por ciento de los trabajadores del sector tienen más de 50 años”, explica. La crisis de 2008 echó fuera del sector a la gente más joven que buscó otro tipo de empleos.
Eso y además “la mala imagen que tiene el sector”, hace que sea complicado encontrar profesionales. “Las cosas han cambiado mucho de hace unos años a esta fecha, las empresas de la construcción hemos hecho los deberes y por ejemplo en La Rioja contamos con el mejor convenio colectivo por lo que las condiciones sociolaborales son muy buenas”, detalla.
Aúna sí faltan enconfradores, peones, peones especialistas, escayolistas… “Tenemos ciclos de formación profesional de los que están saliendo 30 chavales por año y todos se colocan inmediatamente”, asegura. “Ya no es un trabajo que requiere tanta fuerza física y eso hace que la mujer también esté entrando en un porcentaje importante a la obra”, comenta.
“El principal problema es que ha sido un sector muy demonizado que destruyó mucho empleo en 2008 y la gente no se fía pero ahora mismo hay estudios que aseguran que el que entre en el sector ahora podrá jubilarse en él”, comenta explicando que “además estamos comprobando que una vez que la gente se atreve a dar el paso de entrar en el sector se quiere quedar”, termina animando ala gente joven a formarse en un sector que tiene muchas posibilidades.
Sin problemas en la hostelería
Un sector que hasta ahora parecía tener problemas a la hora de encontrar empleados ya no lo tiene a excepción de momentos puntuales. “Hay problemas ahora en Semana Santa y sólo en algunas zonas muy concretas, en municipios concretos y en calles concretas de Logroño”, comenta Francisco Martínez Bergés, presidente de la Asociación de Hostelería Riojana. Lo achaca a que “hemos sido la comunidad que menos turismo ha recuperado tras la pandemia y hay en picos que se dispara la demanda pero el resto del año no hay problemas a la hora de encontrar personal”.
Lo que, según el presidente de la Hostelería Riojana, no encuentran es personal formado “o incluso que quiera formarse”. “Es imposible encontrar gente competente y te tienes que conformar con lo que te llega”, asegura.
Aunque el problema del salario no es tal, según Bergés, a la hora de encontrar profesionales. Ahora se está trabajando en un acuerdo con los sindicatos. “Un camarero se lleva limpios a su casa 1.248 euros aunque no sepa si llevar una bandeja”, asegura diciendo que los empresarios del sector “estamos dispuestos a subir esos sueldos para la gente que está realmente formada”.
