El juicio con jurado a Francisco Javier Almeida por la agresión sexual y el crimen de Álex, un niño de 9 años que el 28 de octubre e 2021 jugaba en un parque de Lardero (La Rioja), entra este martes en su recta final con la celebración de su octava jornada.
Las partes defenderán sus peticiones definitivas de penas y se concederá el derecho a la última palabra al acusado, quien estaba en libertad condicional desde abril de 2020, tras ser condenado a 30 años de prisión por el asesinado y agresión sexual a una agente inmobiliaria en Logroño en 1998.
En sus peticiones provisionales, las acusaciones pública, particular, ejercida por la familia del menor, y popular, en nombre de la Asociación Clara Campoamor, solicitan para el acusado las penas de prisión permanente revisable por el delito de asesinato y 15 años de cárcel por el de agresión sexual. La defensa opta por la libre absolución.
El miércoles, 29 de marzo, está previsto que el juez acuerde con las partes el objeto de veredicto del jurado, que entregará a los nueve miembros que lo componen para que comiencen con la deliberación.
Durante el juicio, que se inició en la Audiencia Provincial de Logroño el pasado día 20, los diferentes expertos que han testificado, como psiquiatras, forenses y psicólogos, han coincidido al afirmar que Almeida no sufre una enfermedad mental.
“No tenía afectadas sus condiciones cognitivas y volitivas: sabía lo que hacía y quería hacerlo”; “es capaz de elaborar un plan y ejecutarlo” y “conoce la ilicitud del hecho y se mueve por sus deseos, su voluntad y su convicción” son algunas de las frases que los expertos han dicho sobre Almeida durante estos días.
La muerte de Álex, según la autopsia, se produjo por asfixia, tras una agresión ejercida con violencia extrema y brutalidad, en la que el menor “no tuvo ninguna posibilidad de defensa”, son otras de las afirmaciones que han defendido varios testigos, como policías, guardias civiles y expertos del Instituto Nacional de Toxicología y del Laboratorio de Criminalística de la Benemérita.
La familia de la víctima ha asistido todos los días al juicio porque “Álex no está solo” y su padre, en su testimonio, explicó que, tras el crimen, están “muertos en vida”; mientras que los expertos han declarado que tanto él como su esposa sufrirán secuelas permanentes toda la vida.
Almedia, de 55 años, declaró el primer día del juicio, en el que subrayó que “la persona que ha hecho eso” no es él, “es otra persona distinta”; y dijo que no sabe explicar cómo llegó el pequeño a su casa porque ese día lo recuerda “en una nebulosa”.
