Agricultura

El AOVE amenaza con precios al alza de los que se resentirán las ventas

Los precios del aceite de oliva en los lineales de los supermercados reflejan los efectos de la inflación, como ocurre con las etiquetas de otros muchos productos. Pero en el caso del aceite, además, su precio refleja el desarrollo de una campaña de 2022 marcada por la sequía que ha dejado menos oliva en el campo. A nivel nacional, esa merma ronda el cincuenta por ciento respecto a la media anual, mientras que en La Rioja se han recogido casi un millón de kilos menos que hace dos años. Concretamente han sido 2,5 millones, aunque las perspectivas iniciales aún eran más negativas.

Y, como rige la ley del mercado, a menor oferta hay mayores precios. Las almazaras riojanas calculan que en el último año el aceite de oliva virgen extra se ha encarecido entre un 20 y un 40 por ciento. Julio Fernández, de la Almazara Hejul de Galilea, reconoce que los precios de venta del aceite de oliva virgen extra “han de ser razonables y sujetarse, pero con el precio que tiene ahora, no con el de antes”. En su caso también ha hecho un ajuste de los precios de sus envases, aproximadamente un 40 por ciento más caros que en el último año. Así, la garrafa de cinco litros ha pasado de los 28 a los 37 euros, mientras que en la caja de tres la garrafa sale a 35 euros.

“En el precio final hemos aplicado los costes de la subida de los insumos así como los de la subida del precio al que hemos pagado la aceituna, que también se ha encarecido mucho. Hace dos años la pagamos entre 45 y 55 céntimos el kilo de oliva y la última campaña la hemos pagado entre 70 y 75 céntimos, dependiendo de los rendimientos”, explica el gerente.

Una subida de precios que, reconoce, ha provocado un “resentimiento” en las ventas de cara al consumidor final y que advierte puede seguir al alza en los próximos meses: “Esa es la sensación que se comenta en el sector, hablando de incluso se puede llegar a ver el litro de AOVE a nueve euros precio final, aunque eso ya es una barbaridad. Ahora ronda los 7,5 euros, pero es que el coste de la materia prima es el que es y poco más se puede hacer. También se dice que va a ser más barato traer aceite de oliva desde Australia que comprar el que se elabora aquí, pero no tiene nada que ver ese con el aceite mediterráneo”.

En el escenario nacional, los precios se han duplicado a lo largo de los dos últimos años y el ministro de Agricultura Luis Planas ha lanzado un mensaje al sector comercializador: “No podemos perder posiciones y que nuestro producto se convierta en un producto ‘gourmet’. Hay que evitar precios anormalmente altos”.

Unas declaraciones realizadas en la feria World Olive Oil Exhibition (WOOE) que se celebra esta semana en Madrid. Planas insiste en el “escenario singular tras dos años de evolución favorable que ha permitido altas cotizaciones”, algo que venía siendo “una reivindicación histórica del sector”, pero se teme que este aumento de precios provoque un menor consumo entre el público y que, según el Consejo Oleícola Internacional (COI), puede llegar a rozar el seis por ciento. En este sentido, el ministro apunta que la reducción del IVA del 10 al 5 por ciento desde enero busca “contribuir a ese fenómeno” de contención de precios.

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